Opinión

El Chiringuito de Pedrerol: Márquez retrata al alcalde

Encima del camión. Así celebró Marc Márquez su séptimo campeonato del mundo de motociclismo. Así quiso estar con su gente. Con la gente de Cervera, su pueblo, al que nunca falla en esa cita ineludible que tiene lugar cada año por estas fechas. Porque Marc es de la gente. No ha perdido frescura. No se le ha ido esa naturalidad que tiene. Sigue siendo cercano a los suyos. Y mantiene esa sonrisa tan característica.

Como esas «salvadas» que hace en los circuitos cuando la caída parece segura y logra mantener la verticalidad sobre la moto, igual que esquiva al asfalto, Márquez ha logrado regatear a la política. Consiguió retratar a un alcalde con demasiado afán de protagonismo y unas intenciones que nada tienen que ver con el motociclismo. Ramón Reyes se negó a quitar la pancarta de los políticos presos del balcón del Ayuntamiento. Quería utilizar el éxito de Marc Márquez para lanzar sus consignas políticas. Pero la jugada le salió rematadamente mal. Ni pancarta, ni balcón... ni alcalde. «Prefiero emplear mi tiempo firmando autógrafos que en el balcón», dijo Márquez. Más claro no se puede hablar.

Menuda lección. Porque el alcalde se olvidó de la gente. Olvidó que era una fiesta de todos y que el protagonista era Marc Márquez. Era una cita para celebrar que Cervera volvía a tener un campeón del mundo. Era para los separatistas y para los que no lo son. Para los de la estelada, la senyera y la rojigualda. Para los que llevan el lazo amarillo y para los que no. Había 10.000 personas en la plaza del pueblo con su paisano y un sólo color: el naranja. No se quejarán los de Ciudadanos. Aunque son casualidades, pues no se trata del color del equipo de Rivera, sino del color del equipo de Márquez.

Marc estuvo brillante. Igual de hábil en Cervera que en Motegi, Motorland, Assen, Sepang, Le Mans, Jerez o todos esos circuitos donde nos levanta los domingos de nuestros asientos con su velocidad y sus maniobras. Siempre ha intentado separar su carrera deportiva de la política. Y eso tiene mucho mérito. Y le honra. El alcalde no consiguó manchar el éxito de Márquez ni tampoco aprovecharse de él.

¡Bravo, Marc! Hay que rendirse a tu comportamiento y a tu sensatez. Que tomen ejemplo el resto de deportistas. Que no caigan en las artimañas de los políticos que quieren situarse a rebufo del deporte para ganar cuatro votos. Que se los trabajen. Que se los ganen en el Parlamento. El alcalde de Cervera buscó su minuto de gloria... y acabó retratado.