Opinión
Asimetrías
Podría ser que una buena parte de nuestros políticos sean estúpidos –y que, como dijo Abraham Lincoln, al abrir la boca, hayan disipado todas nuestras dudas–, aunque lo que sí es seguro es que nos consideran bobos a los ciudadanos. No de otro modo se pueden explicar las asimetrías argumentales en las que incurren cuando, por algún acontecimiento inesperado, tratan de explicar su posición para no aparecer contaminados por él. La irrupción de Vox en el Parlamento andaluz es un buen ejemplo de ello.
En el flanco de la izquierda, Susana Díaz, la ganadora-perdedora de las elecciones, se consuela diciendo que «si quitas a la extrema derecha, la izquierda tiene aún mayoría». Está claro, entonces, que los de Adelante Andalucía no son extremos como los de Vox, aunque su programa esté plagado de pretensiones antisistema. Algo parecido ocurre con el doctor Sánchez, para quien «los resultados en Andalucía refuerzan nuestro compromiso –se refiere a los socialistas– de defender la Constitución y la democracia frente al miedo». Como se ve, Vox produce temor, y por eso el presidente puede proteger la democracia sustentando su gobierno en el apoyo de partidos como los nacionalistas catalanes y vascos –incluyendo al fascio abertzale– que, según su asimétrico criterio, ni dan miedo, ni atacan la Constitución. Claro que, para defender la Constitución, quien está de verdad es Pablo Iglesias convocando manifestaciones contra Vox después de haber perdido las elecciones. Pero la que ha rizado el rizo ha sido la ministra de Justicia, Dolores Delgado, para quien «PDeCAT, Bildu y ERC han aceptado la Constitución como forma de ser, mientras que Vox rechaza parte de la carta magna». Esto es ya el colmo de la desfachatez, aunque lo más interesante debe ser el despelote de los Puigdemont, Otegi, Junqueras y compañía ante el retrato de su «forma de ser».
También en la derecha se da la asimetría, aunque en esta ocasión sólo con Ciudadanos. Su argumento es más sutil y, aparentemente, no involucra a Vox. Los de Rivera dicen, así, que son ellos los que han de gobernar –con el apoyo del PSOE y el PP– por ser su partido el que más ha crecido. Comprendo que, siendo de letras, no sepan matemáticas, pero debieran saber que pasar de 9 a 21 diputados supone un aumento del 133%, pero ir de cero a doce supone un crecimiento infinito. Es obvio que esto último no autoriza a Vox a reclamar el gobierno andaluz, pero también que aquello tampoco lo hace con el partido naranja. Así que, unos y otros, en la derecha y en la izquierda, déjense de asimetrías engañosas y cojan el toro por los cuernos.
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