Opinión

Tamara Falcó no quiere ser madre soltera

Es tiempo de descanso, de reencuentros con la familia y los amigos y también de reflexión. Eso sucede con la tierna Tamarita Falcó, que así la llama la prensa cariñosamente, siempre agradecida a sus sonrisas. Ya con 37 años y siete sin pareja, no tiene prisas amorosas, mientras que Julio José, dos ramas de un mismo árbol, sigue robusto, airoso, sonriente y desafiando las convicciones como ha hecho siempre. Igual que mami Preysler, van a la suya, pasan del «qué dirán», cuidado con qué dicen de la parentela, y apenas se fijan en el entorno por próximo que sea. Esto podría titularse «Tamara, a corazón abierto», siempre sonriente, con seis kilos menos. «Pon que siete, anda», me indica con un aspecto imponente mientras que su hermanastro, Julio José, parece inalterable tan delgado, vestido de negro y casi escurrido. Abre fuego:

–No me preocupa nada que mi padre vuelva a tener un hijo. Son cosas suyas y las respetamos. Entre nosotros nunca hablamos de eso. Dejaré pasar más años antes de tener descendencia. Yo gano mi dinero, que no es poco, y no me quejo de la vida que elegí.

–Llegas de Los Ángeles y después sales hacia Moscú tras una pausa madrileña con «mami». ¿Pretendes igualar las giras inacabables del «tito Julio»? (que así lo llaman, igual que al Nobel de Literatura «tito Mario»).

–Eso es imposible porque lleva cincuenta años siendo líder. Incluso más que Enrique, un problema de edad. Sé que nunca haré un dúo con él porque tenemos estilos distintos. Ya me gustaría, ya. Pero la disquera nos lo desaconsejó. Sí lo hice con Julio y no quedó nada mal. Vamos a repetirlo.

–¿Te consta que ya no vende lo que antes, que los discos ya no se compran y que en los grandes almacenes españoles ofrecen una antología de quince éxitos a menos de ocho euros?

–Eso será algún fondo de almacén –minimiza Tamara, pero insisto:

–Hay uno que está fechado en 2018 y contiene lo mejor de todo su repertorio casi añejo.

–No lo sabía, pero me encanta enterarme –asegura sin dejar de reír con una dentadura que se ha convertido en su carné de identidad personal. Responde a su arrogancia, mientras que Tamara ofrece el reverso de la moneda.

–Acaba de hacer un anuncio y gracias a eso se dejó ver un par de tardes confesando que le horrorizaría el hecho de ser madre soltera –comento.

–Aunque respeto a las personas que lo hagan igual que yo, me tomo ese trabajo como algo necesario.

–Ya ves que a Julio le han buscado novia, esa Makoke tan repetida en «Sálvame» y que no es para nada del estilo de Julio, a quien le gustan discretas, pero glamourosas –yo sí podría evocar amores locos y apasionados como la francesa Nathalie, que con su pechuga lo volvió loco igual que durante seis años Virginia «La flaca», con la que planté las entonces enanas palmeras de Indian Creek. Luego, casi estables, vinieron Sidney Rome con el éxito de trabajar con Polansky y a la que dejó por estar casada, o la sexy y exótica Vaitiare, que con Julio pasó un verano «marbellero» y a la que apenas enseñaba tras ponerle una dentadura correctora. No la dejaba salir de la habitación que teníamos en la surafricana Bosbwana y, cuando se hartaba, no permitía que nadie del equipo siguiera con ella. A Sidney la conoció en una televisión francesa donde cantó Juliette Grecó y de allí fueron a la cama, tras recoger los bártulos de la cantante y actriz tan querida por Polansky.

–¿Navidades en familia? –pregunto para desengrasar tal retahíla erótica.

–Estar juntos nos lo inculcó «mami». Estaremos todos, incluidos su rubia esposa Charisse, con larga melena rubia, lo que se estila haciéndolas clónicas, varios primos y la bisabuela que está con un pie en los cien años. Será entrañable poder disfrutar de ella durante estas fiestas en las que «mami» cuida hasta el ultimo detalle.

–¿Te olvidas de Vargas Llosa? El Nobel ya es como de la familia.

–Mario y yo nos llevamos de cine y hasta compartimos la afición por el Real Madrid.

Así remató y escapé para ver cómo José «Mari» Manzanares, esencia pura de buen toreo, fue proclamado en la iluminada y abarrotada plaza de Callao embajador del famoso whisky Chivas Regal. Al igual que Tamara Falcó, el «mataó» dejó de lado su habitual timidez, incluso sin brindar con Chivas: «Aprovecharé las fiestas y luego vuelvo a las Américas donde me espera una larga gira».