Opinión
Un año extremo
Si el biquini de la Pedroche ha dejado satisfecha a las masas digitales que la querían en el árbol del ahorcado. España debe ser uno de los pocos lugares del mundo donde grita más el protestón. Dicen que vivimos bien, pero basta que nos paremos un segundo para amargar a toda una familia. ¿Pero qué malo tenía Pedroche? ¿No les parece un poco raro esa unanimidad en el linchamiento? Si acaso tuvo el poder de que las conversaciones sobre Vox se apagaran antes del incendio. Si nos acogemos a la encuesta sin rigor científico de los asuntos tratados en estos días de cenas, comidas y meriendas hay que colegir que para bien o para mal Abascal ha estado entre los polvorones como uno más de Estepa. Es «trending topic» analógico además de en las redes. Vox por aquí, Vox por allá, hasta los de «Cachitos de hierro y cromo» lo incluyeron en sus subtítulos del batiburrillo musical: «Bertín Osborne es la Vox». Jo, qué ocurrentes, vale como un chiste después de tres manzanillas pero ha salido por televisión, por la televisión pública, en teoría ha sido realizado por un equipo de guionistas profesionales, y a los críticos de los programas de la Nochevieja les parecieron graciosos los letreros que ni un mono harto de anís (siguiendo el estilo).
El nuevo año será, pues, el de Vox, aunque pinche, y el del PP, si remonta, y el de Cs si supera su maldición y el de todos nosotros, pobres diablos, que asistiremos a cuestiones léxicas mientras la vida empeora. Quién sabe. Hay tantos días que una hecatombe borra a la anterior. No sabría decir si el biquini de Pedroche era de extrema o extrema extrema aunque por las miradas de los cuñados como un solo hombre una feminista radical los manda a la cárcel. Qué es eso de fijarse en una señorita en biquini en vez de en su discurso emponderado. La conclusión es que ya estamos en los extremos, todo es exagerado y visceral, hasta los biquinis de las uvas, y no hay lugar para esconderse. Entonces, el de un extremo le dice al del otro que es un extremista. Bueno, por ahora el juego es más divertido que lo de los «Cachitos» y deja en melosos a los del centro centro, esa sensatez hortera. El día que a Ciudadanos le huelan los pies por su tendencia a irse al sobaco socialista, veremos qué letrero ponemos al pie de foto. Y quién será al final un extremista. Para empezar, entremos en el año de los extremos con corte de mangas al discurso de Quim Torra. Abajo la moderación y los diálogos imbéciles.
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