El género

Habría poco que discutir sobre el asunto de la violencia de género si Vox no la pusiera en el centro del vendaval político. Las estadísticas hablan. Si en la asimetría penal hay un redactado que estrangule la justicia de los varones hablen ustedes para cambiarla en la medida que los juristas consensúen, ninguna ley es perfecta, pero aparten el hedor partidista de asunto tan trascendente, dramático y triste. Sin estar de acuerdo con los de Abascal en este punto, violencia de género no es ideología de género, hay sin embargo una hipocresía naranja que provoca alipori.

Los adalides de Rivera, no sólo los miembros del partido, se muestran muy ofendidos por la propuesta de Vox, como si fuera una marcianada jamás oída, obviando que es la misma que hace unos años hizo el propio Rivera. Entonces, la idea, que llegó a defender en un debate televisado una mujer, Marta Rivera De la Cruz, decía que lo correcto era equiparar a hombres y mujeres. Claro que las manadas y otras fieras hicieron virar la opinión de los Ciudadanos. Lo que mejor hacen los políticos es rectificar. Así que del tema no volvió a hablarse. Como en su momento del 155. Hasta ahora. Haría bien Vox en explicar a qué se refiere exactamente, más allá de la presunción de culpabilidad de los hijos de Abascal, y quedaría mejor Ciudadanos si expone por qué cambió de opinión y ahora considera troglodita lo que un día estuvo en su programa electoral y deje así de hacerse un Valls diario en Andalucía. Ni las cifras de mujeres asesinadas es cuestión de mercancía trilera ni el cambio en el palacio de San Telmo puede enmierdarse si no quieren que regrese Susana por aclamación popular.