Opinión

La reinvención de la izquierda

En la negociación para el inminente gobierno andaluz, todos los implicados han cumplido su papel. El Partido Popular se ha hecho con el centro del proceso, y por tanto del futuro gobierno, al demostrar su capacidad para negociar con las otras dos partes en juego. Vox ha tensado la cuerda lo bastante como para hacerse valer y, sobre todo, para cambiar el marco y el contenido del debate público. A diferencia de lo que hizo Pablo Iglesias cuando tuvo una ocasión parecida, pero en Madrid, también ha hecho posible el relevo y ha demostrado su seriedad.

Ciudadanos, por su parte, ha escenificado con meticulosidad su nueva (no sabemos si última) posición de izquierda europea e ilustrada. Ha sobreactuado un poco con lo de la ilustración y el europeísmo. Ya nadie tiene ese monopolio. En el fondo, son calificaciones tácticas. Más que llenar de contenido su posición, colocan a Cs en competencia directa con Vox. Es de suponer que es eso lo que querían.

Con ese nuevo papel, Ciudadanos abandona su ambición regeneradora. Albert Rivera se convierte en el más firme mantenedor del sistema. Es Vox quien ha asumido el papel del cambio, como ha comprendido a tiempo el Partido Popular. Ciudadanos pasa a ser el paladín blanco del establishment, de un conformismo impecable y limpísimo, bien educado, los chicos modelo de la clase.

No les ha ayudado la propuesta supuestamente centrista de Manuel Valls, empeñado en resucitar algo que el PSOE hizo imposible en tiempos de Rajoy. Con matices, lo que pretende Valls es la recuperación de la coalición del 155. Lo que ocurre es que el partido de sus amores, que es el PSC tanto o más que Ciudadanos, se abrazó a los secesionistas para echar a quien se lo jugó todo en aquella coalición, que fue Rajoy, el destinatario del «No es no» sanchista.

Así que ahora Ciudadanos, habiendo sido decisivo para el relevo político en Andalucía, vuelve a la casilla de salida. Estar en el poder le facilitará las cosas, pero la iniciativa del cambio la han llevado PP y Vox. Y es este último, y el PP con su acuerdo de 37 puntos, los que han creado un modelo distinto. En ese nuevo campo de juego, Ciudadanos tendrá que intentar de nuevo la reinvención de una izquierda creíble.