Opinión
Es la hora de la libertad para Venezuela
Esteban González Pons
Venezuela vive momentos históricos, llenos de incertidumbre, pero también de esperanza. La toma de posesión de Juan Guaidó como presidente interino de la República, el pasado 23 de enero, es el mayor desafío al que se ha enfrentado nunca el régimen bolivariano. Y probablemente también sea el último. El régimen instaurado por Chávez hace veinte años está colapsando y su derrumbe a estas alturas es ya inevitable. Más que el cómo solo falta por saber el cuándo.
Venezuela vive una crisis política, económica y humanitaria sin precedentes, hasta el punto de que está en riesgo de convertirte en un Estado fallido. Pero no nos equivoquemos. Que la incompetencia de Maduro para gestionar el Estado haya conducido a Venezuela a las puertas del desastre es tan cierto como que el chavismo, como fórmula de pensamiento mágico, sigue gozando de gran aceptación popular en parte de la sociedad.
La tarea a la que se enfrenta el presidente interino Guaidó se presenta inmensa y llena de riesgos. Desmontar el régimen bolivariano no será tarea de un día. Habrá que hacerlo piedra a piedra, ley a ley, artículo a artículo. Lo mismo que tuvieron que hacer los países del Este con el comunismo.
A día de hoy son muchos, dentro y fuera de Venezuela, los interesados en la supervivencia del chavismo sin Chávez. Solo eligieron al títere equivocado. Si finalmente entregan la cabeza política de Maduro, podemos estar seguros que pedirán algo a cambio. El éxito de Guaidó y la oposición democrática que le sustenta será el acertar con el precio a pagar.
En este nuevo capítulo de su historia, los venezolanos saben que cuentan con el cariño y el respaldo de los españoles, a pesar de la indolencia mostrada por nuestro gobierno. Un respaldo que se hace extensivo a toda la Unión Europea. Ayer mismo tuve ocasión de formalizar ante el Parlamento Europeo una petición para debatir y aprobar formalmente el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino y legítimo de Venezuela. Algo que espero ocurra la próxima semana. Si a estas horas las cancillerías europeas no han reconocido aun al presidente legítimo es porque el gobierno de Madrid los está frenando.
Para desgracia nuestra, la actitud de Sánchez con Venezuela será recordada como como una de las más deshonrosas de nuestra historia. Europa nos ha mirado pero nuestro gobierno ni ha sabido ni ha querido (pregúntenle a Podemos) mostrar liderazgo. Y como bien debería saber Pedro Sánchez, un presidente que no lidera es un presidente amortizado.
Portavoz del PP y vicepresidente primero del Grupo PPE en el Parlamento Europeo
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