Opinión
Se acabó el «rasca y gana»
Tan solo hay a día de hoy una cosa que parece favorecer la ya de por sí renqueante cohesión interna en el PSOE, el adelanto electoral. Si el fugado de Waterloo no saca en las próximas horas un último conejo de su chistera, el Gobierno de Sánchez no tendrá presupuestos, el presidente no podrá cumplir con su anhelo de agotar legislatura fiando las urnas para el año que viene y habrá de centrarse en el plan «B» que ya camina en avanzadilla desde que el pasado domingo las «derechas» se echaran a la calle pidiendo elecciones y contra las cesiones de Sánchez al separatismo. Adelantar comicios es la única partitura que suena hoy en la Moncloa, la única que pone de acuerdo al partido, a los «barones» territoriales y al Gobierno en sus nombres y apellidos de perfil más político, escasos dicho sea de paso teniendo en cuenta el leitmotiv de su configuración inicial. Exceptuada la opción del «superdomingo» que acarrea más que pavor a los dirigentes regionales, el otoño sería la mejor opción para éstos en su intento de desligar su campaña de un referente de la Moncloa que hace meses era solución y ahora es problema. Pero el otoño queda ya lejos, tal como Moncloa se encargaba de filtrar al presidente de la agencia oficial de noticias Efe, en un último y tal vez desesperado intento de ultimátum al separatismo: o yo en la Moncloa con mis relatores y mesas de partidos, o la derecha con la fusta del artículo 155 de la Constitución.
Apuntaba en esta misma columna el pasado lunes, que la concentración de Colón tendría consecuencias políticas con efecto retardado, pero ese efecto ha terminado por concretarse al algo bastante más inmediato. El «sanedrín» de Sánchez en la Moncloa con su jefe de gabinete Iván Redondo a la cabeza diseccionó de punta a punta con inexorable bisturí en mano, tanto el antes, como el breve durante y el después de esa concentración, no tanto atendiendo a una afluencia que en cualquier caso se preveía importante, como a esos detalles que no escapan a las imágenes de televisión o la prensa gráfica. Para la guardia pretoriana de Sánchez la imagen que entienden demoledora del líder de Ciudadanos Albert Rivera junto al líder de VOX Santiago Abascal en el mismo elenco de convocantes y aun tratando de mantener la distancia fue lo más parecido a un toque a rebato en el inicio de toda una precampaña electoral: Al PSOE en caída libre y con datos demoscópicos en mano incluso más pesimistas de lo que se viene publicando, solo lo queda buscar una pretendida centralidad, puede que ya de mercadillo frente al independentismo intransigente que ha rechazado el dialogo con los únicos «moralmente investidos» para llevarlo a cabo y frente a una «troika» de las derechas a la que se dibujará centrifugada por el agujero negro de VOX. Ya no hay lugar ni para el «rasca y gana» mensual del CIS de Tezanos, ni para fotos en níveos paisajes o «cortapegas» a lo JFK, solo para un examen final inaplazable... salvo sorpresa hoy miércoles en la votación de presupuestos activada –ya saben– por control remoto desde Waterloo.
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