Opinión

El Ciudadano Ibex

Esta semana desde Podemos han insistido en atacar a Ciudadanos con una antigua fantasía: son el partido del Ibex 35.

La razón es que la ultraizquierda no podría proclamar que odia a millones de trabajadores que quieren decidir libremente sus compras, sus ventas y sus contratos. En vez de eso, que sospecho que es la verdad más elemental, se inventan a un personaje: el poder económico, que es tan poderoso que manda a los Estados, porque el poder del dinero es omnímodo y el Estado, como decía Marx, es un mero títere de la burguesía.

Esto es ridículo: a usted, conciudadano, no le manda el Ibex 35 y las empresas que en él habitan. Amancio Ortega no le ordena nada, ni le quita el dinero a la fuerza, ni la multa, ni le prohíbe que haga nada. Eso lo hace sólo el poder político, el único que merece llamarse poder.

La paranoia antiliberal que ha surgido contra el Ibex 35 es tan absurda como la paranoia antisemita que tenían los nazis, o la anticapitalista de todas las variantes habidas y por haber del socialismo, y también análogamente peligrosa. En efecto, si se extiende la mentira de que la culpa de todos los males de Alemania es de los judíos, se desactiva la eventual resistencia de la sociedad cuando los nacionalsocialistas empiecen a perseguir y a matar a los judíos. Si de verdad nos creemos el bulo de que lo que nos amenaza no es la Agencia Tributaria sino Amancio Ortega, estaremos menos preparados para rechazar las incursiones del poder contra la propiedad y la libertad de todos.

Informó LA RAZON de que Noelia Vera, coportavoz de Podemos, ha asegurado que la estrategia de Ciudadanos es una suerte de opción del Ibex, a la que también se podría plegar el PSOE, volviendo a «tropezar con la piedra de Cs». Los resultados serían, según la líder podemita, «sencillamente malos para las mayorías sociales», que, se supone, estarían mucho más protegidas por la ultraizquierda de Podemos, que está a favor del «diálogo» y la «cordura» frente al «discurso del odio de PP, Cs y Vox». Podemos quiere más gasto público y que lo pague la banca con más impuestos.

Todo esto es falso, pero no es una locura, porque está lógicamente diseñado para socavar los derechos y las libertades de los ciudadanos con su consentimiento, porque se pretenderá convencerlas de que los milagros socialistas son posibles, de que ellas nunca van a pagar el impuesto a los bancos, y de que la izquierda realmente es sensata y cariñosa. En cambio, los demás son malvados esbirros del Ibex 35, como lo prueba el hecho de que Podemos no controle todas las televisiones.

Nunca falta la acusación de «neoliberal» a Ciudadanos, como si estuvieran allí obsesionados con bajarles los impuestos a las empresas del Ibex 35. No lo han estado nunca.

La ultraizquierda es enemiga de los trabajadores, pero conviene insistir en que no es tan demente en su lógica como fantasiosa en sus premisas.