Opinión
Hoja de ruta
Si el independentismo ha sido tan efectivo estos años ha sido, entre otros motivos, porque ha tenido una hora de ruta clara, que le ha permitido actuar con eficacia en la consecución de sus objetivos. Pienso, por ejemplo, en los documentos estratégicos de la Asamblea Nacional Catalana. Nefastos para todos, pero muy bien planificados. Si se hubieran analizado con más seriedad, todo habría sido más fácil. Para ser los mejores, hay que aprender de todos, especialmente de los adversarios. Por eso me parece muy buena noticia que Societat Civil Catalana, que me honro en presidir, acabe de presentar un plan estratégico para los próximos meses, orientado a lograr un vuelco político y cultural en Cataluña.
Es un plan preciso, equilibrado y eficaz, donde pueden verse representadas todas las sensibilidades del constitucionalismo catalán. Nuestra entidad refuerza su compromiso histórico en defensa de los derechos y libertades de todos los catalanes. Para defender una Cataluña abierta y bilingüe mantendremos la beligerancia contra la colonización ideológica que hace el separatismo de las instituciones y del espacio público.
Al mismo tiempo, Societat Civil Catalana se propone llegar a nuevos sectores sociales con un relato atractivo de la realidad de España que tenga también acento catalán. Estamos empeñados en lograr que una parte sustantiva de catalanohablantes reconecten con el proyecto común español. Por eso, invitaremos a la opinión pública catalana a pasar del victimismo al protagonismo y a implicarse abiertamente en la construcción de la España del futuro. No pedimos más competencias de autogobierno para Cataluña. Lo que solicitaremos es más implicación de los catalanes en la configuración de la España del siglo XXI. Defendemos, por eso, que Barcelona albergue instituciones del Estado.
Los cambios políticos siempre van precedidos de transformaciones en los marcos culturales. Por eso, en Societat Civil tenemos como objetivo configurar una nueva hegemonía cultural en Cataluña, plural y abierta, orgullosa de la catalanidad y netamente comprometida con la idea de España. No es posible dar la vuelta en pocos meses a la ingeniería social llevada a cabo por el nacionalismo catalán durante cuarenta años. Nos proponemos trabajar incansablemente hoy para lograr el éxito a medio y largo plazo.
Para lograr estos objetivos necesitamos una Societat Civil fuerte, cohesionada y operativa. Por eso tenemos como prioridad aumentar el número de colaboradores y multiplicar la presencia en las calles. Queremos reforzar todos los mecanismos de transparencia y de rendición de cuentas. Todo ello, dando mayor espacio a la voz de las mujeres. Estoy convencido que SCC seguirá siendo un instrumento útil para cientos de miles de catalanes, que encontrarán en nosotros un canal de movilización útil y la casa común de todos los demócratas que luchan por una Cataluña fuerte dentro de una España unida.
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