Opinión
50 «hazañas» de TV3
Quemar un ejemplar de la Constitución en directo; reírse del delegado del Gobierno, Enric Millo, por donar un riñón a su mujer; llamar falangistas a los manifestantes constitucionalistas del 7 de octubre o poner en antena a un redactor saltando sobre el capó de un coche de la Guardia Civil, son algunas de las «hazañas» de TV3. A espaldas del resto de España, porque nadie se molesta en traducir y denunciar los contenidos de la televisión pública catalana.
El periodista Sergio Fidalgo publica un libreto divulgativo de estas barbaridades que no tiene desperdicio. Se llama «50 hazañas de TV3» y le deja a una los ojos como platos. Porque en Cataluña todo está «atado y bien atado»: la fuente de financiación de los medios locales (Generalitat), el control de los mismos (CAC), los directivos de la comunicación y los partidos independentistas.
El dinero público «riega» la mayor red de comunicación de alas autonomías españolas. A saber, cinco canales de televisión públicos: TV3; el canal cultural 33; el canal 24 horas (324); el canal de deportes Esport 3, y el infantil Super 3. Una plataforma de contenidos audiovisuales llamada Bon Dia Televisió. Catalunya Radio y toda una red de emisoras subvencionadas, entre ellas los canales privados RAC, del Grupo Godó, editor de «La Vanguardia». RAC1 es la radio más escuchada en Cataluña. Junto a éstas existen radios y televisiones locales por todo el territorio. En una televisión de la diputación trabaja la mujer de Carles Puigdemont.
En cuanto a la prensa escrita, la Generalitat controla económicamente cientos de periódicos locales y de barrio que, a cambio de los dineros para mantenerse, colaboran con todas las iniciativas separatistas. Sin ir más lejos, recientemente me topé en Tortosa con un diario local enfundado en un gran anuncio de la manifestación en Madrid. Finalmente, están los diarios por internet, como El Nacional.cat, que dirige Josep Antich, que bebe de la misma fuente.
Son legión los periodistas que trabajan de forma directa o indirecta para el régimen, muchos con sueldos gruesos o con productoras privadas que reciben millones de euros por fabricar alimento continuo para el monstruo. Toni Soler es uno de los santones de esta nueva religión, en la que sacerdotisas como Pilar Rahola comparecen diariamente en pantalla para proclamar doctrina. La lista de adeptos es larga: Toni Albá, Empar Moliner, Jair Domínguez, Vicent Sanchís, Mónica Terribas, Ramón Cotarelo, etc.
Es difícil desmontar esta red tupida destinada a aplastar a los catalanes que no comulgan con el régimen. Desgraciadamente, los partidos separatistas constituyen una y otra vez el apoyo de los partidos nacionales, sean de izquierdas o de derechas, incapaces a su vez de aliarse entre sí. Y el pago es el silencio sobre esta destructiva maquinaria ideológica.
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