Opinión
Amén a Sánchez
Si no fuera porque la palabra amén tiene connotaciones religiosas, ayer los grupos políticos, salvo el PP, hubieran acabado sus intervenciones en la sesión de la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados con un amén Sánchez, así sea o haz lo que quieras.
Ayer el Partido Socialista iniciaba su precampaña electoral, en sede institucional, con el trámite de seis decretos sociales y todos los partidos políticos, salvo el PP, actuaron de agentes electorales. Todos sabían que eran medidas electoralistas y así lo decían, e incluso que no eran medidas de urgencia y así lo decían, pero todos, salvo el PP apoyaron esas medidas.
Hay partidos políticos, en los que incluyo a Ciudadanos, que cuando oyen pronunciar con cierta solemnidad palabras como desigualdad, brecha salarial o brecha social dicen amén. Independientemente de si son viables, de si son meras promesas electorales o de si son un brindis al sol, les puede el miedo a hacer el ridículo, a ser rechazados no sé por quién y a ser tachados de no sé qué. Y por ello, ayer dijeron amén.
Ayer los partidos de la moción de censura le hicieron la precampaña a Sánchez pero partieron un poco más a España. El PNV se lleva más competencias, Bildu la concesión del segundo grado a una quincena de etarras en un mes y ERC la independencia a plazos.
Ciudadanos en aras de lavar su imagen de derecha, apoyó un decreto allí y otro aquí, bailando al compás de Pedro Sánchez. Ayer quedó claro que el único partido de oposición es el Partido Popular, los demás son mero atrezo de la campaña de Pedro Sánchez. Las promesas que ayer aprobaron serán los impuestos de mañana. Amén Sánchez.
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