Opinión
Todo es mentira
Todo es mentira, nada es verdad. ¿En qué podemos creer estando nuestro alrededor tan plagado de falsedades? ¿Qué opciones tenemos para rebelarnos ante semejantes embustes? ¿Entraría dentro de lo posible acusar a Tezanos de malversación de caudales públicos por ofrecernos unas prospecciones manipuladas de los hipotéticos resultados de las próximas elecciones del 28 de abril? Son muchos los millones que se manejan en el CIS, que salen del bolsillo del contribuyente, o sea, de los bolsillos de todos nosotros. Pagamos muy caras las bolas que se nos pretenden colar con el objetivo de beneficiar al partido en el poder, del que Tezanos forma parte desde hace cuarenta y seis años. El tipo pretende salvar los trastos diciendo que hay más de un cuarenta por ciento de indecisos, pero le da mayoría absoluta a un PSOE que deja en la opacidad el asunto de los ERE, por ejemplo; que nunca aclaró el plagio de Sánchez; que sigue tomando chiquitos con los proetarras, los separatistas y la ultraizquierda podemítica; que sigue dando aire al dinero con fines electoralistas haciendo oídos sordos a un Fondo Monetario Internacional que advierte que España está reduciendo alarmantemente el crecimiento, no creando empleo sino todo lo contrario. Pero el miedo es libre y la ministra Magdalena –ya saben, la de «me colaron un gol... por la «ejcuadra», refiriéndose a los presuntos sindicatos de prostitutas–, anda ya alertando a los votantes de que hasta el rabo todo es toro y que el 28 hay que ir a las urnas porque la cosa no está todavía ganada.
Siguiendo por la senda del embuste nos encontramos con Juana Rivas, la mujer que a todos nos ha conmovido por lo injustamente que la Justicia la estaba tratando. Ahora todo se le ha vuelto en contra. La mentira nunca llega a buen puerto, y en este sentido sus querellas, sus demandas contra su expareja están siendo sobreseídas. Nada peor que estar mal aconsejada por esas asociaciones de feministas supremacistas, subvencionadas por el gobierno de Carmen Calvo y Celaá, y así le va ahora tanto en Italia como aquí, con condenas que le impiden ver a sus niños que están ya bajo la custodia de su padre.
Saliendo al exterior, la May vuelve a enfrentarse a su Parlamento, con una moratoria hasta octubre para salirse de la Unión Europea y Puigdemont aparece en imágenes bien rechoncho y regordete. No sabíamos que Waterloo fuera un referente gastronómico. Habrá que ir a comprobarlo, porque el lugar ya no solo nos recuerda a Napoleón Bonaparte o a la canción del grupo Abba, que les dio la victoria en aquella Eurovisión que nos encantaba a todos, no como la de ahora, tan penosa, tan de medio pelo. Waterloo es el lugar donde tan vergonzantemente vive huido un español que no quiere serlo, el lugar donde engorda, no sabemos a costa de quien. Esa es la gran pregunta: ¿Quién lo subvenciona? ¿Quién le paga la casa? ¿Quién lo alimenta tan opíparamente para aparecer tan orondo y sonriente? Lo que más indigna es la tomadura de pelo a quienes siempre tenemos que lamentar el destino de los impuestos que pagamos, sobre todo en esta época en que ya nos toca pasar por la piedra.
Y, en fin, en este domingo Ramos, cuando ya la campaña electoral está en marcha y a «la voz», o sea, a Cayetana Álvarez de Toledo le hacen escraches antidemocráticos por toda Cataluña, en este domingo de Ramos, decía, según la tradición toca estrenar. Yo me permito estrenar una sonrisa, por ser el día más alegre de la semana de pasión, mientras miro al mar de Ulises con esperanza.
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