Opinión

Mara Carfagna, una 'bellina' feminista para renovar el partido de Berlusconi

Forza Italia, el partido  de centro derecha creado por “Il Cavaliere”, se enfrenta a la desaparición por el auge de la Liga capitaneada por Salvini

Hubo una época, cuando estaba en plena forma, en la que Silvio Berlusconi pescaba a sus mejores aliados en el mundo de la televisión. Durante los primeros años de este siglo, Maria Rosaria Carfagna, conocida siempre como Mara, destacaba como presentadora en algunos de los programas de entretenimiento más vistos de Italia. Experto en utilizar la pantalla como herramienta política, en 2004 Il Cavaliere hizo una de esas llamadas que no se pueden rechazar. La joven cambió los platós por la política, para empezar a coordinar el movimiento femenino de Forza Italia (FI) -el partido de Berlusconi- en la región de Campania, en la que ella nació hace 43 años. Eran los tiempos en los que triunfaban las ‘bellinas’, jóvenes del mundo del espectáculo con las que Berlsuconi inundó el Parlamento. Pero Mara Carfagna fue siempre algo más que eso. Mientras las otras fueron desapareciendo de escena, la carrera política de la ex presentadora fue siempre en ascenso. Ahora ha sido ungida por el propio Berlusconi como coordinadora del partido, un cargo que compartirá con el gobernador de Liguria, Giovanni Toti. Su función será guiar a Forza Italia a unas primarias, a las que ambos se presentarán para comandar la formación.

Son muchos los delfines que ha tenido Berlusconi a lo largo de los años. Y a todos se ha encargado él mismo de quemarlos cuando parecía que empezaban a tomar vuelo propio. Forza Italia ha representado en las últimas décadas al centro-derecha en Italia, pero antes que eso es un partido personalista, que no podría imaginarse sin la figura de su fundador. A sus 82 años, Berlusconi ha vuelto a Bruselas para ejercer su cargo de diputado en el Parlamento Europeo, en lo que podría entenderse como uno más de sus innumerables retos. Sin embargo, parece más bien un último intento desesperado por mantenerse vivo, mientras en Italia el ultra Matteo Salvini está devorando todo el espacio por la derecha. De ahí que el presidente de Mediaset necesite una renovación en su partido, en el que realmente nunca dejará de decidir, ya que, a pesar de elegir a un sucesor, él seguirá ejerciendo como padre espiritual. En declaraciones a este medio, Mara Carfagna señala que “Forza Italia es Silvio Berlusconi. Desde hace 25 años es su líder indiscutible y no hay ninguna intención de parricidio. Simplemente se ha abierto una nueva fase que consentirá a FI actualizar su propuesta política incorporando las mejores energías”. Cuando es Berlusconi quien decide, la fidelidad se premia.

El entonces primer ministro dijo en su momento que era una pena estar casado, porque de lo contrario le hubiera pedido matrimonio inmediatamente a Carfagna. El asunto le trajo una fuerte polémica con Veronica Lario, entonces su esposa, que pidió una rectificación pública. Las mujeres fueron pasando a la vida privada de Berlusconi, aunque en el caso de Mara tuvo que conformarse con ser testigo de su boda con el empresario Marco Mezzaroma, del que después se divorciaría. Del currículum de la política se ha destacado siempre que se presentó a Miss Italia, que fue Miss Cinema 1997, que estudió baile y que trabajó como modelo. Sin embargo, apenas se menciona que también es licenciada en Derecho por la Universidad de Salerno, como resalta en su biografía oficial. Diputada desde 2006, siempre ha cosechado excelentes resultados en el sur, de donde es originaria, y donde FI siempre ha tenido la hegemonía de la derecha hasta las últimas elecciones europeas en las que arrasó la Liga de Salvini.

En 2011 fue nombrada por Berlusconi ministra de Igualdad, un departamento sin cartera, pero desde el que se formó la actual imagen feminista que proyecta. Su mayor logro fue impulsar una ley que elevaba a la categoría de delito las molestias sexuales y protagonizó varias campañas -también después, desde la oposición- en contra de la violencia contra las mujeres. El feminismo nunca estuvo precisamente del lado de Berlusconi, aunque Mara Carfagna consiguió abrir así una vía de agua en una de las tradicionales banderas de la izquierda. “Dentro de Forza Italia las mujeres capaces siempre han tenido espacio. No es casual que la primera mujer presidenta del Senado [Maria Elisabetta Alberta Casellati] sea de nuestro partido y que otras dos mujeres sean las jefas parlamentarias de FI en Cámara de Diputados y Senado. No estamos haciendo de la renovación una cuestión de género, sino más bien un asunto de competencia, capacidad y visión política”, añade la coordinadora del partido. Carfagna fue además elegida en la última legislatura como vicepresidenta de la Cámara Baja. El cartel de feminista y triunfadora en el sur del país le han servido para desquitarse de los viejos estigmas de sus orígenes y ganarse el respeto incluso entre sus adversarios políticos, como una figura moderada de la derecha.

Desde el perfil moderno y femenino de su nueva coordinadora, ese es actualmente el gran reto para Forza Italia: presentarse como alternativa conservadora más centrada que la Liga, al tiempo que les cortejan como aliados. Desde hace años, ambos partidos -a los que se suelen sumar otras fuerzas derechistas- se presentan en coalición y gobiernan en numerosas ciudades y regiones. Sin embargo, tras las últimas generales, en las que también concurrieron bajo alianza, Salvini traicionó el pacto para formar Gobierno con el Movimiento 5 Estrellas (M5E). Entonces fue una sorpresa que la Liga sobrepasara en número de votos a Forza Italia, una tendencia que no ha hecho más que incrementarse en un año, hasta el punto de que en las europeas la formación de Salvini obtuvo un 34% por el 8% de la de Berlusconi. Carfagna opina que “Forza Italia sigue siendo la bisagra de la coalición de centro-derecha, lo que permite garantizar la coalición misma a pesar de las oscilaciones”, ya que el pacto de la Liga con el M5E no ha impedido que siga presentándose un bloque de derechas compacto en otras elecciones.

Con la hipótesis siempre presente de una posible crisis en el Ejecutivo que podría llevar el país de nuevo a las urnas, Berlusconi sueña con poder recuperar esa alianza y tocar de nuevo el poder. No sería ya en el papel de socio mayoritario, a lo que espiraba hace un año, sino como un apoyo necesario a la Liga para conseguir la mayoría parlamentaria. El caso es ser de nuevo decisivos. Sin embargo, ahí choca con las pretensiones de Salvini, que antes que formar una coalición puramente derechista, lo que busca es apropiarse de todo el espacio político de Berlusconi. Así, lo último que quisiera es tenerle como poder en la sombra en un hipotético nuevo Gobierno. “Forza Italia es ese partido político que sirve de dique a la propaganda y a inútiles soberanismos populistas”, afirma Mara Carfagna. Pero por mucho que desde su formación lo vean como un símbolo de estabilidad, esto a Salvini le suena a lastre en su agenda. En caso de ruptura de Gobierno, el líder ultraderechista no sólo se acercaría antes a Fratelli d’Italia, otra fuerza soberanista con una agenda muy similar a la de la Liga, sino que trataría de aislar a Berlusconi por más que éste busque ahora sucesores.