Opinión

¿Qué pasa en Hong Kong?

La situación en Hong Kong se ha calentado de tal manera en los últimos tiempos que los comprensivos lectores me perdonarán por interrumpir momentáneamente los artículos sobre falacias relacionadas con Estados Unidos. Todo comenzó cuando, en febrero, un joven hongkonés llamado Chan Tang-kai asesinó a su novia encinta mientras estaban de vacaciones en Taiwán. Chan huyó inmediatamente a Hong Kong y, de acuerdo con el estatuto de 1997, las autoridades hongkonesas denegaron la extradición.

Como el crimen no se había cometido en Estados Unidos, no se enteró nadie, pero en Extremo Oriente fue un escándalo tan espectacular que Lam, la primera ministra de Hong Kong, decidió impulsar una ley de extradición. El sistema hongkonés no es una democracia como tan erróneamente se repite sino que se parece notablemente a la democracia orgánica del franquismo.

Así, en el proceso de un legislativo que recuerda mucho las cortes de Franco comenzaron a producirse manifestaciones en contra de la ley, supuestamente, para impedir que se pudiera extraditar a nadie a China, pero, en realidad, para que no se pudiera extraditar a nadie y punto. Como sucede en estos casos, las autoridades intentaron pactar, las potencias extranjeras metieron la cuchara y todos los demás se pusieron a esperar que China diera un puñetazo. sobre la mesa. Pero Beijing ha sido mucho más sutil. En el curso de los meses siguientes, los manifestantes han ido lanzando una escalada de violencia que ya está pasando su tributo monetario a Hong Kong. En las últimas semanas, hoteleros, empresarios, banqueros, profesionales, en suma, todos los que han convertido la isla en una potencia económica se han ido desvinculando de los manifestantes e insistiendo en que la situación tiene que acabar porque está resultando más que perjudicial y daña penosamente la imagen de Hong Kong.

En las últimas horas, los manifestantes incluso tomaron las vías de salida y entrada aéreas del emporio aislándolo trágicamente. ¿Cómo va a reaccionar, finalmente, el gobierno chino? Presumiblemente, permitiendo que la tensión aumente lo bastante como para que la inmensa mayoría de la población hongkonesa suplique una intervención enérgica que acabe con un costosísimo desorden. Llegados a ese punto hipotético, las fuerzas de intervención chinas podrían aplastar la revuelta, pero lo harían en condiciones bien diferentes a las de hace solo unos meses. Los habitantes de Hong Kong lo agradecerían. No sé, empero, si Chan será extraditado.