Opinión

Sor Cristina es monja, bailarina y cantante famosa, sin ningún problema

Como su agenda está repleta de conciertos sólo la pudimos entrevistar a bordo del tren que la llevaba de Milán a Salerno a dónde iba a cantar.

Ni bailar en un programa de televisión, ni ganar “La Voz” siendo monja, es pecado. Sor Cristina lo tiene claro.

Lo vimos en la película Sister Act -“Una monja de cuidado”. La hermana Mary Clarence protagonizada por Whoopi Goldberg, revolucionó el convento de las monjas Clarisas cambiando radicalmente, entre otros detalles, el coro. Verla cantar y bailar dándolo todo con la inolvidable canción Oh Happy Day de aquel film, fue seguramente para muchos, parte de un guión muy bien estudiado y comercial, pero la realidad muchas veces supera la ficción. Es común pensar que el cantar y bailar públicamente y con verdadera pasión es pecado cuando se ha entregado a la vida religiosa, pero según Sor Cristina, no es así.

Esta monja ha despertado todo tipo de comentarios. Estamos en Italia, en donde el catolicismo se respira en cada esquina. Hay canales de televisión y radio, dedicados cien por cien a temas religiosos, pero esta vez la que actuaba era una monja vestida con habito y toca negros. No se trataba de la emisión de un programa en uno de los canales de información religiosa, sino de la televisión pública italiana la Rai y además en Prime Time. Era el concurso La Voz, la segunda edición del famoso concurso que para más inri, Sor Cristina lo ganó. Fue en 2014.

Pero una vez que conoció las mieles del éxito, no quiso quedarse allí, cinco años después ha participado en el concurso Bailando con las Estrellas en donde quedó eliminada en la octava etapa.

Quedar con ella, no es nada fácil. Sor Cristina se mueve con representante, al que hay que convencer de que lo que queremos es hacerle una entrevista. La hermana Cristina es una religiosa como cualquier otra pero con la peculiaridad que su vida la combina entre el convento, los ensayos de baile, los escenarios y los platós de las teles. Sor Cristina tiene una agenda repleta y recorre el territorio italiano en tren con cierta frecuencia dando conciertos y exponiendo su arte en escenarios italianos. No quedaba otro remedio que pillarla en uno de esos trayectos y allá que fuimos. Directamente a la estación de Milán para poder coincidir con ella en el tren que la llevaba a Salerno a dónde ofrecería un concierto. Y allí en el hueco que hay entre vagón y vagón, pudimos hablar con ella. Sor Cristina es una mujer menuda, tiene un gran carisma y una sonrisa sensacional. Trasmite alegría por los cuatro costados, es cercana y cariñosa. No va de nada, a pesar de su fama.

Cuenta que desde pequeña le gustaba cantar, que en su casa con el palo de la escoba emulaba actuar y lo hacía delante del espejo. Más adelante, cantó en un coro, allí se dio cuenta de que el canto era lo suyo, pero nunca le pasó por la cabeza ser monja. Lo que realmente le marcó el camino para entregar su vida a Dios, fue el haber interpretado en el año 2017, el papel de Sor Rosa en el musical “El Coraje de amar”. A partir de allí, decidió tomar clases de canto en una academia de Roma y dos años más tarde, se marchó a Brasil para iniciar el noviciado. Cinco años después de haber actuado en la obra que interpretaba a una monja, hizo sus votos con las Ursulinas, pero nunca dejó de participar en concursos de canto y siempre quedando vencedora. El concurso La Voz de Italia, es realmente el que la ha catapultado a la fama. después de su paso por La Voz, firmó un contrato con Universal Music.

Su vida es rezar, viajar y cantar

Dice que a veces la fama no es agradable, pero la buena parte de ser conocida es cuando los jóvenes se le acercan, para ella estar cerca de ellos y escuchar sus inquietudes es una de sus prioridades. Sobre si sus hermanas religiosas la critican, ella confirma que es todo lo contrario. En su congregación hay solo tres religiosas, por lo tanto como ella viaja todo el tiempo, las otras dos monjas son las que se ocupan de la casa en donde viven. Dice que del dinero que gana con sus actuaciones no se lleva ni un céntimo al haber hecho voto de pobreza. Los ingresos van destinados a obras benéficas.

Sor Cristina se siente feliz al poder generar ingresos y poder ayudar a garantizar la educación a los niños.

Absolutamente sí, contestó cuando le preguntamos si ella aconseja y promueve que se puede ser monja y dedicarse a cantar y a bailar. Ser artista, monja y famosa no está prohibido.