Opinión

Medidas imaginativas

La contaminación en Madrid es uno de los grandes problemas por resolver y a ello apremia la Unión Europea, a que se resuelva. Hay maneras drásticas de conseguirlo y otras más imaginativas que tratan de hacer compatibles las medidas con el derecho a la movilidad de los ciudadanos. Madrid Central era lo más fácil de idear: si se prohíbe circular por el centro se acaba la contaminación, o lo que es lo mismo: muerto el coche, se acabó la polución. De esta manera no hay que ponerse a pensar, sólo a prohibir sin tener en cuenta los daños colaterales para los ciudadanos, colectivos y desarrollo económico.

El nuevo gobierno municipal de Martínez-Almeida ha puesto en marcha otra forma más creativa: pensar y buscar alternativas sin menoscabo del objetivo final, que es la batalla contra la contaminación, con el menor daño o molestias posibles. Sin derogar de un plumazo Madrid Central se carga esta «carmenada» hecha con los pies y tramita una nueva normativa para que los vehículos con etiqueta C puedan volver a circular libremente por el centro, siempre y cuando lleven a bordo un mínimo de dos pasajeros. En la medida en que se exige una mayor ocupación del vehículo para poder circular por esa APR se está evitando el viaje en otros medios, ya sean privados o de transporte público y, a menos desplazamientos, menos emisión de gases contaminantes.

Madrid 360 demuestra que sin «ocurrencias» para salir del paso, la imaginación puede encontrar soluciones para persuadir al ciudadano de la utilización del coche privado, con incentivos tales como: ayudas a particulares para renovar sus vehículos por otros más limpios –unos 25 millones de euros anuales–, y también para los vehículos de mercancías; más aparcamientos disuasorios; dos líneas de la EMT cero emisiones y gratuitas para llegar al centro; y el fin de las calderas de carbón. Estas son las bases fundamentales de Madrid 360. Se prohíbe, se restringe, pero se dan alternativas eficaces. Que este plan es el mejor de los hasta ahora trazados para mejorar la calidad del aire da fe lo duramente criticado y denunciando que ha sido por la oposición. Sin derogar Madrid Central, se ha encontrado una forma igual de eficaz, pero menos agresiva para la movilidad urbana.