Opinión

Es la economía... y algo más

La economía se ha colado en la campaña electoral. Inopinadamente, porque aunque los signos no eran buenos, parecía que no habría tiempo para que llegasen a influir en el electorado. Ha ocurrido lo contrario, y nos hemos instalado en una atmósfera de inseguridad y aprensión que no favorece a quien salía de ganador. Es uno de los motivos que explican el frenazo del PSOE en las encuestas. Se suma a la propia convocatoria de elecciones, que pesa como una losa sobre el socialismo, y, tal vez, a la personalidad y al liderazgo de Pedro Sánchez, menos atractivos de lo que parecen figurarse en su círculo de colaboradores.

Eso no le impedirá hacer otra vez lo que ya demostrado que sabe hacer muy bien, como es convertir un hándicap en una oportunidad. Por eso, no parece fácil que caiga en los mismos errores que Rodríguez Zapatero, cuando prefirió negar la crisis hasta que fue demasiado tarde. Por ahora, el Gobierno ha matizado el tono triunfalista, que ha ido girando hacia la prudencia, lo que no es incompatible con una nueva oleada de promesas, tal como analizaba ayer Daniel Lacalle en las páginas de LA RAZÓN: subida de pensiones, del salario mínimo, de los sueldos de los funcionarios... Vendrán más, pero es posible también que haya algo más, algo más sofisticado y más en consonancia con la muy avanzada sociedad española. Podría ser una gran propuesta de medidas que aunara inversión, modernización y medio ambiente, algo parecido a lo que Merkel ha propuesto en Alemania. Sánchez, de hecho, habría empezado a soñar con ser el primer presidente socialista en superar con éxito una crisis o una recesión. Sin duda, sería un cambio histórico para nuestro país y para el socialismo.

Los populares tendrían mucho que decir ante esto, que por otro lado devolvería cierto prestigio al maltrecho bipartidismo ya que sólo el PP y el PSOE son capaces de enfrentarse a un desafío como este. En el PP tienen la ejecutoria, bien probada, de una gran trayectoria de éxitos económicos, y tienen también al personal capaz de renovarla. Aquí es donde de verdad se aúna continuidad y renovación, y no tanto en los giros y revueltas a derecha o al centro. No se debe esperar menos del partido del Gobierno que puso en marcha la reforma laboral, auténtica revolución silenciosa en la economía española.