Opinión

Siri Husdvet

Todas las personalidades distinguidas con los premios Princesa de Asturias son tan extraordinarias que cuesta destacar una sobre las demás. Sin embargo, me voy a permitir la licencia de expresar mi alegría personal por el galardón que ha recibido la escritora norteamericana, Siri Husvedt. No es solo que yo sea fan de lo que cuenta esta mujer, que lo soy, sino que, además, me siento premiada a través de ella. Reconocida al fin, salida de las sombras después de un largo tiempo. Siri Husvedt, pese a sus incuestionables méritos ha tenido que convivir con la sospecha de no ser más que la esposa de Paul Auster. Y no es solo que esta talentosa mujer se haya visto obligada a ir demostrando sus gracias una y otra vez para que muchos decidieran reconocérselas, como si le hicieran un favor. Es que en algunos casos, incluso, ha habido quien se ha empeñado en que no es que las tuviera, sino que tan solo se las atribuían por ser la mujer del aclamado escritor. Paul Auster, que cuenta en su haber con mil y un premios, tiene, naturalmente, el Princesa de Asturias; pero Siri, de quien el propio Paul dice que es «la intelectual de la familia» no lo tenía. Ahora sí. Y siento que con ella lo recibimos todas las mujeres que sabemos lo difícil que resulta que nos valoren igual que a los hombres y que vivimos en infinidad de ocasiones esa sensación absurda de tener que justificar nuestros méritos por tenerlos ocultos tras los de uno brillante o que nos los cuestionen precisamente por ese u otros motivos. Así que gracias, Siri, por hacer que tu «Princesa...» sea también un poco nuestra.