Opinión

España saca sus armas ante el nuevo campo de batalla: el espacio

Defensa planetaria, fuerzas espaciales... Las denominaciones utilizadas por el sector suenan a ciencia ficción hecha realidad, pero no. Solo son palabras que quedan bien juntas. La realidad es que, pese a lo que la Guerra de las Galaxias haya dejado en nuestro subcosciente, todo esto no tiene nada que ver con proteger a la Tierra de una amenaza exterior, llámese asteroide o invasión extraterrestre, sino con la creación de un nuevo escenario de conflicto como ya son en el cielo, la tierra, la mar (ya sea por encima o por debajo) y el ciberespacio. Un escenario en el que todos los países deben posicionarse y rápido. España trabaja en ello.

La militarización del espacio es el nuevo campo de batalla de la industria de defensa. Más de 2.000 satélites activos proporcionan comunicaciones a nivel global, navegación GPS, pronósticos meteorológicos e información científica esencial sobre recursos naturales y otras cuestiones sensibles. El 75% de esos satélites son de carácter militar y tienen un único propósito: apoyar las acciones en tierra.

El espacio se ha convertido en un potencial escenario bélico simplemente porque ya es imprescindible para el normal funcionamiento de cualquier país, es tan estratégico como una red eléctrica o de infraerstrutras terretres. Cualquier ataque contra la red satelital de un país sería grave, muy grave.

“¿Qué pasaría un día sin Espacio?”

La pregunta la hacía el jefe de Sistemas C4ISR y Espaciales de la DGAM, general de brigada Carlos de Salas, en el Congreso del Espacio celebrado la semana del 7 al 13 de octubre en Madrid. Lo cierto es que un día sin Espacio podría sembrar el caos a nivel planetario.

Para empezar, las Fuerzas Armadas estarían prácticamente desarmadas al verse afectados desde los sistemas de posicionamiento a las comunicaciones. Pero ojo, que no solo los militares lo sufrirían, un día sin internet, anulando desde el móvil a la maquinaria sanitaria, seguro que pondría en tensión a más de una sociedad.

Así las cosas, es de entender que la Defensa vaya cada vez más de la mano de las aplicaciones espaciales. En este sentido, el jefe de división de planes del Estado Mayor Conjunto de la Defensa (Emacon), general de división Lucas Muñoz Bronchales, incide en la idea de que “la estrategia militar pasa también por el Espacio”. España está en ello.

Hace unos meses, muchos se llevaban las manos a la cabeza con la creación de la Fuerza Espacial de EE UU, que impulsó el presidente estadounidense, Donald Trump. Pero no es la única existente en el mundo. Rusia, China, España y Francia también disponen de la suya. La militarización del Espacio es real y las amenazas están al orden del día. Además, las agencias y los programas que controlan la actividad espacial reciben cada vez más presupuesto y desarrollan proyectos en materia de Defensa.

Como ya se ha mencionado anteriormente, España no se queda atrás en programas de Defensa enfocados al Espacio y ya posee satélites militares en órbita (Paz, Spainsat y Xtar-Eur), que favorecen a las comunicaciones seguras en tiempo real y a la vigilancia espacial mediante radares. Además, la empresa Indra tiene uno de los radares terrestres más potentes de Europa. El Spanish Space Surveillance & Tracking Surveillance Radar (S3TSR), que se encuentra en la base aérea de Morón, fue el primero en detectar la destrucción del satélite Microsat-R que la India derribó con un misil en marzo.

Fuerzas Espaciales

Los eventos bélicos en el espacio como el de la India no son una novedad. El país se convirtió en el cuarto del mundo en demostrar su capacidad antisatélites, después de que China, EEUU y Rusia lo hicieran anteriormente.

Esta prueba confirmaba el riesgo de que el espacio exterior se convierta, en el futuro, en un ámbito de confrontación y muestra la necesidad de las Fuerzas Armadas españolas, bajo el liderazgo del Ejército del Aire, de disponer de una capacidad de conocimiento de la situación espacial.

Cada vez hay más satélites en órbita que suman tensión a la escalada armamentística espacial. Analistas militares chinos afirman que la guerra espacial es inevitable y argumentan que, dado que se convertirá en el centro de gravedad en futuros conflictos, debe ser aprovechada y controlada para alcanzar la supremacía del espacio.

Estados Unidos, por otro lado, sigue de cerca y con preocupación las medidas tomadas por el gobierno chino. La respuesta de EE UU, dada a conocer boca del vicepresidente, Mike Pence, fue rotunda: “Hay que prepararse para el próximo campo de batalla que será el espacio”. Y así nació la US Space Force.

Rusia no se queda atrás y ha reflotado proyectos que se habían cancelado en su día por falta de presupuesto. Para esto, su inversión espacial aumenta un 10% año a año, lo que representa en la actualidad cerca de 11.000 millones de euros.

En Europa, Francia ya ha anunciado la creación de un comando espacial. El presidente Emmanuel Macron indicó que esto “garantizará nuestra defensa del espacio”. En septiembre de 2018, la ministra de Defensa gala, Florence Parly, se había comprometido con dotar a Francia de una verdadera autonomía espacial estratégica contra las amenazas presentadas por algunas potencias en el contexto de la militarización del espacio. En este sentido, el presidente francés explicó que “el espacio se ha convertido en un campo de confrontación entre naciones, desafiando a Francia a fortalecer sus capacidades en este teatro altamente estratégico y cada vez más militarizado”. En Francia, la ley de programación militar prevé un presupuesto de 3.600 millones de euros para la defensa del espacio.

El papel de España

La posición de España ante la militarización del espacio es muy clara. “Hay una fuerte dependencia del Espacio no sólo para las Fuerzas Armadas sino para otros ámbitos de la sociedad”, ha indicado el general de división Bronchales.

Y el país ha dado pasos para blindarse en este nuevo escenario de conflicto. En este sentido, el general De Salas ha señalado que “España también tiene su Fuerza Espacial porque cada día nos enfrentamos a amenazas. Nuestro satélite Paz tiene alertas de colisión cada día, está recubierto ante posibles impactos y sus antenas son tan potentes que no podría sufrir ataques de interferencias de ondas”.

Una idea que cala muy hondo entre las Fuerzas Armadas españolas es que el liderazgo en Europa de la Defensa en el espacio pasa, necesariamente, por la colaboración entre instituciones. Así lo ha expresado el director de sistemas de Defensa y Espacio de Indra, Domingo Castro, quien aseguró que “el Espacio y la Defensa se han dado la mano y ya trabajan juntas”. Y explicó: “Muchas de las estrategias militares están pasando por las operaciones espaciales. La colaboración de España con el Ministerio de Defensa y con otras instituciones nos ponen a la cabeza para abordar estos temas de una manera más ventajosa a nivel europeo”.

Sin embargo, las Fuerzas Armadas han mostrado su preocupación por la ausencia de una legislación espacial para controlar la destrucción de misiles desde estaciones terrestres, “es un riesgo abrir el campo de batalla en el espacio”, aclara el general de división Bronchales.

La metódica militarización del espacio subraya la prioridad de lanzar un proceso de negociación multilateral para adoptar un código de fomento de la confianza y transparencia en las actividades espaciales junto con medidas jurídicamente vinculantes, que pongan algún tipo de racionalidad a la peligrosa actividad militar en el espacio. Ese objetivo urgente debería, entre otras cuestiones, prohibir el despliegue y uso de armas convencionales de última generación y reafirmar que el espacio exterior es un ámbito compartido para uso pacífico y de desarrollo conforme a los principios de cooperación ya adoptados desde 1963 en el seno de las Naciones Unidas.

La OTAN también se posiciona

El vicepresidente del comité militar de la OTAN, teniente general de la Fuerza Aérea de EEUU Scott Kindsvater, ha afirmado este mismo mes en una reunión que la política espacial general de la OTAN, aprobada por los ministros en junio, “es vital para que la alianza cumpla su misión”.

Los ministros de Defensa aliados acordaron la primera política espacial de la OTAN al reconocer que el espacio es parte de la vida diaria de la sociedad y si puede usarse con fines pacíficos, también puede usarse para la agresión. “Los satélites pueden ser pirateados, atascados o armados. Las armas antisatélite podrían dañar las comunicaciones, por eso es importante que estemos vigilantes y resistentes, también en el espacio”, ha detallado Kindsvater.

Varios países de la OTAN están organizando esfuerzos internos para construir misiones militares independientes en el espacio. La política de la organización llama al bloque a jugar un papel importante como foro para compartir información, aumentar la interoperabilidad y garantizar que las misiones y operaciones puedan solicitar el apoyo necesitan.

Lo peor de todo es que es muy difícil saber qué tecnología está disponible, porque mucha de la información sobre las capacidades de armas espaciales está restringida. También es muy difícil probar que cualquier evento que cause interferencia en el espacio pueda ser una acción intencional y hostil por parte de un país específico.

Las armas espaciales pueden, además, ser diseñadas para causar daños de maneras más sutiles que las tradicionales armas de fuego, que podrían causar una gran cantidad de desechos en órbita. Esas nuevas armas pasan por los rayos láser o las frecuencias de microondas. Y su alcance va en aumento.