Opinión

El precio de Judas

Haríamos mal en atribuir a ERC la responsabilidad de una mesa de partidos que remede en Cataluña los encuentros bilaterales entre dos estados. Esquerra no hace nada que no esté en su naturaleza, a saber, procurar la independencia catalana y la ruptura de la solidaridad entre los españoles. No, quien paga el precio de la traición es el Partido Socialista Obrero Español, que necesita de la abstención de Junqueras para formar su gobierno con Pablo Iglesias. No hay más responsable que Pedro Sánchez en este movimiento, por otro lado, largamente preparado. ¿O a alguien le caben dudas de por qué se llamó «defensa proporcional» a una lucha policial callejera en la que resultaron heridos 300 guardias? ¿o por qué el PSC se opuso a la moción de censura contra Torra? ¿o por qué Iceta se ha manifestado partidario del indulto? ¿o por qué el abogado del Estado cambió de posición en el juicio contra los golpistas? Iglesias visitó en su día a Junqueras en la cárcel, por encargo del PSOE. He aquí los resultados contantes y sonantes.

Es alucinante que, con más de 700.000 votos menos, el dirigente del PSOE pretenda que la gente ha votado más izquierdas. ¡También Podemos ha perdido siete escaños! Han aumentado, eso sí, la polarización y el nacionalismo. Y si algo hace falta en España es el centro político, en un tiempo en que el enfrentamiento creciente constituye un peligro. Ahora que merma Ciudadanos, es más urgente que nunca un Gobierno nacional de PP y PSOE, una nueva transición que afronte la crisis económica que viene y el grave problema catalán.

El PSOE, por el contrario, se inclina hacia el comunismo de sus nuevos socios de Podemos. Pobre España. Precisa además de los apoyos de los partidos territoriales (turolense, cántabro, gallego, valenciano, etc) y de las abstenciones de los independentistas de Bildu o ERC.

Rasgarse ahora las vestiduras por el precio establecido por Oriol Junqueras para apoyar la gobernabilidad, es mera hipocresía. Esquerra tiene en su naturaleza el picar, como el escorpión. Pedro Sánchez es una rana consciente. Sin embargo, elige la política de bloques, el enfrentamiento cainita, frente al consenso de centro.

Pocos escenarios más pavorosos que esta miscelánea anti natura de comunismos pro chavistas, nacionalismos narcisistas, independentismos y hasta carlismos trasnochados (si el PNV se suma al pacto). Me pregunto qué piensan los votantes socialistas de Andalucía de este pacto con los que quieren la desmembración nacional, el régimen de Maduro o los fueros insolidarios. Es todo un gran canto al ansia de poder de ese hombre, Pedro Sánchez, que cree en la polarización y sólo piensa en sí mismo. Puede que pague a Judas, pero terminará picado por el escorpión.