Opinión
¿Hacia un golpe en Colombia?
Hace algo más de un año fue elegido presidente de Colombia Iván Duque. Mandatario de centro-derecha, poco favorable a las concesiones que Santos realizó en favor de los narco-terroristas de las FARC, desde el principio se encontró en el punto de mira de distintas entidades nacionales e internacionales que han soñado con destituirlo apelando, como siempre, al bien del pueblo. El día fijado para dar inicio a ese proceso será el 21 de noviembre a partir de un denominado paro nacional convocado por organizaciones juveniles, sindicatos, colectivos indígenas y la consabida retahíla de personajes de los medios y del mundo del espectáculo. Apelando a la demagogia y utilizando la mentira como arma revolucionaria en el más puro estilo leninista, los convocantes han conseguido incluso el respaldo de la Conferencia episcopal colombiana para su paralización absoluta de la vida nacional. Lo que se cierne sobre Colombia no constituye un caso aislado sino una parte importante de un proceso global. En los últimos meses, como sucedió con las nada espontáneas revoluciones de colores o con las primaveras árabes, Hispanoamérica se ha convertido en el epicentro de una serie de golpes de estado apenas maquillados. En Ecuador, se castigó el rechazo del aborto por el legislativo con una protesta encabezada por indígenas movilizados, supuestamente, por la subida del precio de los carburantes que colocó de rodillas al gobierno obligándolo a dar marcha atrás. En Perú, el propio presidente dio un golpe de estado para impedir que el legislativo nombrara un tribunal constitucional que detuviera el avance de la ideología de género y que impidiera el nombramiento de este órgano de la justicia por organizaciones dependientes, entre otros, de George Soros. En Chile, se ha penado a un gobierno que se opuso a firmar el acuerdo de inmigración de la ONU y se intenta imponer una reforma constitucional que está en el puesto noventa y siete de las preocupaciones de los chilenos, pero que va en la línea globalista de la redactada por la ONU para Michelle Bachelet. Colombia constituye el siguiente objetivo. Si el resultado va a ser la capitulación de Duque solamente o la toma del poder por fuerzas de distinto tipo dispuestas a impulsar la agenda globalista es algo que, de momento, no se puede determinar. En cualquier caso, Colombia se enfrenta a un posible golpe de estado desde la calle esta misma semana.
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