Opinión

Abajo el jurado

Ya es hora de empezar la campaña contra este barbarismo que es el juicio con jurado. Porque eso es la figura del jurado en España: un neologismo aberrado. Un extranjerismo bastante más estúpido que el Black Friday, ese día importado al que los vendedores de los mercadillos llaman «Blas Fraile», porque no saben pronunciarlo en inglés, (ni necesidad que tienen, que aquí los descuentos se llaman rebajas). Cuanta tontería, madre, que acabaremos celebrando el día de Acción de Gracias con un pavo, al estilo Carpanta.

Pues al ritmo del Black Friday, el Ciber Monday y Halloween nos han colado la estupidez de que el jurado popular es más democrático que los jueces. Y van un grupo de señoras y señores, aterrorizados por equivocarse –yo lo estaría– y dicen que Rodrigo Lanza ha matado a Diego Láinez sin querer. Y que no le corresponden más que cinco años de cárcel. No hace falta ser un lince para despreciar lo ocurrido y lamentarlo y avergonzarse. Rodrigo Lanza salió contra Diego Laínez porque lo tipificó de facha; lo atacó por la espalda, sin que pudiese defenderse, lo derribó y lo siguió golpeando bárbaramente. Lo mismo da que Laínez muriese del golpe de la caída. El asesino no lo sabía y prosiguió su ensañamiento. Porque lo odiaba. Porque ya había dejado tetrapléjico a un poli por esa misma razón. Y el jurado no supo sentenciarlo por la misma, simple razón que yo, o la mayoría de ustedes, no sabrían: porque no tenemos ni idea de leyes.

Los que nos vendieron el jurado hablaron de democratizar la justicia. Y en nombre de la democracia se cambió el código penal. Pero democracia no es, como algunos creen, votar las cosas. Tan democrático es el poder judicial como el poder ejecutivo, y uno se vota y otro no. Tan democrática es la institución familiar como la asociación de vecinos, y en una rige la autoridad y en otra se votan los acuerdos. Tan democrática es la monarquía hereditaria como la república plebiscitaria. La policía es democrática si el Estado lo es, y también el ejército. Democracia es el poder del pueblo, legítimamente representado por delegación, fundamentado en un estado de derecho y respaldado por los distintos poderes.

En el derecho americano existe el jurado porque ellos eligen jueces, los votan, desde que se repartían los cargos en los pueblos de nueva fundación. Nosotros preferimos que los magistrados hagan oposiciones. Son dos formas democráticas de justicia, con tradiciones diferentes. Hay errores en ambas, pero cada una tiene los suyos. Basta ya de copiar lo foráneo. El derecho romano tiene sobradamente acreditado su recorrido. Ha servido siempre. Bastante tenemos con nuestros fallos ¿también hemos de importar los ajenos?