Opinión

Andrew Roberts

Afortunado Winston Leonard Spencer Churchill que ha tenido el privilegio de tener como biógrafo al historiador Andrew Roberts, autor de importantes obras de la Historia contemporánea, muchas de ellas con premios internacionales de prestigio indiscutible. Miembro destacado de la Royal Society of Literature y de la Royal Historical Society. En la actualidad, profesor visitante del Departamento de Estudios Bélicos del King’s College de Londres. Su obra histórica culmina con la impresionante investigación sobre «La Biografía» de Churchill. Sin dudarlo, podemos hacer propio el juicio del prestigioso «Sunday Telegraph»: «Esta es la clase de biografía que el propio Churchill habría querido leer. Colosal, enérgica, profundamente informada y crítica, pero sobre todo tremendamente absorbente».

Un prodigio de investigación el que el historiador Roberts ha llevado a cabo sobre un personaje de la historia contemporánea, desde el puesto cumbre de Primer Ministro, desde la plenitud del enfrentamiento tremendo de la Segunda Guerra Mundial, supuestamente centrado en el decidido propósito destructor de Hitler y la firme decisión de sir Winston de evitarlo y el replanteo de futuro de moderno estilo de civilización occidental. Señala Roberts un hecho, del cual se deduce, creo yo, la idea de Churchill en el encendido pensamiento de poner la subida entera en la causa de la historia de Inglaterra en el momento más dramático. «El jueves 24 de marzo de 1938, Churchill pronunció uno de los discursos de toda su carrera, el que consagró a la amenaza que los nazis suponían para la existencia de Checoslovaquia».

El Tratado de Versalles incluyó arbitrariamente a tres millones de personas de etnia alemana en los límites fronterizos de la recién creada Checoslovaquia, la mayoría arraigada en los Sudetes. Hitler exigía que población y territorio se incorporasen al Tercer Reich. Ello hubiese supuesto un desastre desde el punto de vista de la cuestión estratégica. En el debate ante tal tesitura se partía de una advertencia formulada por Chamberlain, según la cual, en el caso de que estallase una guerra entre Alemania y Checoslovaquia era imposible establecer dónde iba a acabar y qué gobiernos terminarían por involucrarse. Sir Winston pidió que se creasen los ministerios de Suministros y Defensa. Explica Roberts, siguiendo el pensamiento de Churchill, que éste se centra en su propuesta de no eludir la realidad, pensando sobre todo en el dinamismo del cambio, que el tiempo no se detiene: «¿A dónde habrán llegado las cosas en 1940?»

La mayoría de la biografía de Churchill, y por tanto también del historiador de Inglaterra, constituye un magisterio de la realidad dinámica de la historia: «El modo como el hombre está instalado en el tiempo en relación con la experiencia». La Biografía de Churchill la divide Roberts en dos partes: «La preparación», que abarca desde el nacimiento de un hombre, de apellido célebre en la Historia de Inglaterra. Esta primera parte transcurre hasta la conquista del puesto de Primer Ministro (mayo de 1940) y plantea una preparación política adquirida con una poderosa inteligencia desde el gobierno en puestos ministeriales hasta alcanzar el máximo de Primer Ministro, clave en la Historia de Inglaterra y clave en el enfrentamiento con Hitler. El título de la segunda parte es «Ordalía», pruebas o juicios de Dios en el medioevo, pero es la latinización anglosajona “ordäl”, que significa juicio. Es el momento culminante de la biografía, que prueba el verdadero talante de Churchill, cuando ante la capitulación de Francia y los sucesos que le precedieron «exhibí el sonriente semblante y ese aire de plena confianza que se suelen considerar adecuados cuando las cosas van verdaderamente mal». Es el juicio del Primer Ministro escrito sobre los gravísimos sucesos de junio de 1940.