Opinión

2019: un año apasionante pero que deja el futuro repleto de incógnitas

A punto de acabar este 2019 tan convulso, es bueno que echemos un instante la vista atrás y repasemos los hitos más sobresalientes de estos últimos doce meses. Una actualidad que ha estado marcada por nada menos que… ¡tres citas electorales! … y por la crisis catalana, con la sentencia del ‘procés’ y sus consecuencias en forma de protestas vandálicas en distintos puntos de Cataluña, sobre todo en Barcelona. 

Todo esto, con un ejecutivo en funciones. Un gobierno que, nadie lo hubiera creído, sigue gobernando con los últimos presupuestos del ministro Cristóbal Montoro. La razón es que el presidente en funciones, Pedro Sánchez, fue incapaz de concitar los apoyos parlamentarios necesarios para sacar adelante unos propios. Era su primera gran prueba de fuego tras el indudable éxito que supuso en junio de 2018 el triunfo de su moción de censura contra Mariano Rajoy. El líder del PSOE tuvo que acabar convocando elecciones anticipadas para el 28 de abril. Las ganó, obteniendo 123 escaños, y consiguió hundir al PP a un suelo histórico, con 66, pero la negativa de Podemos a apoyarle le obligó a convocar unos nuevos comicios para el 10 de noviembre.

Para más cabreo ciudadano, el 26 de mayo hubo que pasar también por las urnas porque ‘tocaban’ elecciones municipales y autonómicas, además de europeas. Carmena perdió Madrid y Colau conservó Barcelona gracias al soporte del socialista Collboni… ¡y al sorprendente apoyo de un Manuel Valls que se estrelló contra muchos pronósticos que le auguraban más éxito electoral! Valls fue una apuesta personal de Albert Rivera que a la larga no salió bien. Poco a poco, el líder de Ciudadanos caminaba hacia su ocaso, a pesar de su lucidez y brillantez oratoria.
 
La foto de Colón… ¡Ay!… ¡Esa foto!
2019 tuvo más hechos relevantes en lo político. La manifestación en Colón convocada por Ciudadanos y a la que se unió el PP y a última hora Vox, fue un intento de carga de profundidad contra el gobierno de Pedro Sánchez que, según para quienes, fue tremendamente rentable o un fiasco absoluto. Bajo el lema, ‘Por España, yo voy’, decenas de miles de personas salieron a la calle en el centro de Madrid para defender, según los organizadores, la unidad de España y denunciar los entendimientos del PSOE contra quienes pretenden romperla, además de para exigir en aquel momento elecciones anticipadas a un presidente que aún no había sido ratificado por las urnas tras su moción de censura. Un Sánchez a quien se tildó por parte de algunos asistentes de ‘traidor’ por ‘humillar a España’. La cita dio lugar a la ‘tristemente’ famosa foto de Colón, que juntó en una imagen que juntó a Abascal, Casado y Rivera. La instantánea, así lo he defendido, ha contribuido a dar la vuelta a la situación política española.

2019 también ha sido el año que ha rematado las sucesivas crisis y recuperaciones en Podemos. Un período en el que el liderazgo de Pablo Iglesias Turrión se ha visto, por momentos, cuestionado al máximo, y posteriormente, relanzado de nuevo ‘al cielo político’. Los resultados de los ‘morados’ fueron pésimos en la última cita con las urnas del 10-N, en la que perdieron casi la mitad de su representación parlamentaria, pero paradójicamente, pueden elevar a Iglesias a la Vicepresidencia del Ejecutivo. Así de líquida es la política actual en España… como en el resto del mundo. Fue este también el año que consumó la ruptura entre Iglesias y Errejón; dos ‘amigos del alma’ que dejaron de serlo. Errejón se fue -o lo echaron- y acabó fundando un sexto comensal a la mesa política española: ‘Más País’, aunque sus resultados han constituido de momento un fiasco para quienes pensaban que iba a hundir a Podemos. 

Cataluña en llamas

En octubre, y a pocos días de las elecciones, salió la sentencia del llamado juicio del ‘procés’. Sus líderes fueron condenados a penas de entre nueve y trece años de cárcel. La decisión de los magistrados de la Sala Segunda del Tribunal Supremo provocó una oleada de disturbios en Barcelona, ante una cierta inoperancia gubernamental que fue duramente criticada por la derecha y dejó a un papel desairado la imagen de España en general -y de Cataluña en particular- en el extranjero.  Hubo cortes de carreteras y colapsos aeroportuarios. Durante más de una semana, el autodenominado ‘Tsunami Democràtic’ -que de democrático tenía bastante poco y sí más bien de totalitario- pareció tomar el control de las calles, junto con los Comités de Defensa de la República. Finalmente se restableció la legalidad, pero las heridas tardarán en cicatrizar.
 
Franco, fuera del Valle


A finales de octubre, el 24, se consumó la tantas veces prometida exhumación del dictador Franco del Valle de los Caídos. Tras un tortuoso laberinto judicial que llegó hasta Europa, el gobierno salvó la cara, aunque perdió cierto fuelle en el proceso que fue mucho más largo de lo esperado. Los nietos del dictador dieron toda la guerra que pudieron en los tribunales, aunque finalmente tuvieron que enterrar a su abuelo en el cementerio madrileño de Mingorubio.
 
El 10- N… que dejó todo como estaba. O peor…

Las tan temidas elecciones del 10- N no despejaron las incógnitas. Todo siguió igual de enredado, aunque los terceros comicios del año dejaron cadáveres políticos como el del líder de Ciudadanos. Albert Rivera tuvo que abandonar la presidencia de su partido, el escaño y la actividad pública tras dejar a su partido de 57 escaños en 10. Otra víctima fue un maltrecho Íñigo Errejón que fracasó, claramente, ante unas expectativas demoscópicas que llegaron a otorgarle hasta diez o doce escaños. Solo consiguió dividir a la izquierda. Podemos se vino abajo, como ya he dicho, perdiendo casi 30 escaños hasta quedar en 42 que a pesar de todo sirvieron para reforzar, paradójicamente, a un desahuciado Pablo Iglesias, y a convertir a los ‘morados’ en aliados claves para Sánchez. Las sorpresas las dieron los ultras de Vox, que se convirtieron en la tercera fuerza política con 52 escaños y un PP que recuperó terreno hasta los 87. Casado se vio también reforzado y se afianzó como líder, ya indiscutido, del PP.
El año político concluyó con una esperada pero durísima sentencia contra los que fueran altos cargos socialistas de la Junta de Andalucía por el caso de los ERE, en especial los ex presidentes de la Junta y del PSOE, José Antonio Griñán y Manuel Chaves.

Al día de hoy es todavía imposible aventurar si habrá o no investidura antes de Reyes. Todo depende de los independentistas de ERC. Acabe como acabe, yo creo que sin duda habrá gobierno, estamos cerca de estrenar un 2020 que, por lo menos en lo político estará lleno de muchísimas incógnitas.