Opinión

Más coronavirus

Lo del coronavirus nos va a dar para muchas semanas, aunque no parezca ser un mal más mortífero que otros. Lo que provoca la máxima alerta, más allá del propio virus, es saber que proviene de un país hiperpoblado y donde es posible que no siempre haya las garantías alimentarias de las que gozamos en el nuestro. Ya se sabe que el famoso vídeo que ha corrido por las redes de ese supuesto mercado de Wuhan es de Indonesia; pero no tranquiliza nada pensar que en algún lugar del mundo se comen toda suerte de bichos: desde nuestros más queridos animales de compañía, hasta los más asquerosos y portadores desde siempre de las más terribles enfermedades, como las ratas de cloaca o los murciélagos. Y es más, como quienes han estado en China aseguran que allí también se lo zampan todo y que la higiene brilla por su ausencia, no es extraño que imaginemos que de China, como de Indonesia pueda salir cualquier enfermedad que aquí, acostumbrados a, digamos, cuidarnos un poco más, no seamos capaces de procesar. A mí, personalmente, no me asusta el coronavirus en cuestión, porque según lo informado hasta ahora, insisto, no parece peor que una gripe y ni siquiera severa; pero sí me aterra pensar en que un día cualquiera pueda aparecer otro, terrible de verdad, que seamos incapaces de frenar. Los peor pensados dicen que si eso sucede, el virus saldrá de algún laboratorio, con el fin de controlar la superpoblación de la humanidad, un mundo incapaz de generar ya recursos para todos. Pero a mí, antes que ese argumento tan característico de la ciencia ficción, me preocupa la propia realidad, que suele superarlo todo.