Opinión

Director de políticas palanca

Conviene no ser cursi, tiene razón el maestro Ussía. Se puede meter la pata en política o ser inexperto en una profesión o perder una apuesta en la vida, pero si has usado el román paladino, el fiasco en general es menor que si te has puesto estupendo. Porque, encima, quedas de hortera. Y este gobierno es muyyyy hortera.

Hay que ver lo que hemos tardado los periodistas en aprendernos lo de «Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico», que lleva Teresa Ribera Rodríguez, a la sazón vicepresidenta cuarta. ¿Por qué no «transición demográfica y reto ecológico»? Arcanos del azar o del capricho personal. Luego están el «Ministerio de Memoria Democrática», de Carmen Calvo, o el «Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030», de Pablo Iglesias. Y ahora, para gozo extraordinario del pedante, la «Dirección General de Políticas Palanca»… a las órdenes de la Secretaría de Estado de Agenda 2030. Así se ha publicado en el BOE, les prometo.

Pablo Iglesias ha nombrado a Ione Belarra secretaria de Estado en cuestión y, a sus órdenes, al de las palancas. Un chico extremeño, Gabriel Castañares, que cobrará entre 70.000 y 90.000 euros, sin complementos. Como lo de las «políticas palanca» da para muchos «memes» sobre Pepe Gotera y Otilio, Irene Belarra se ha cabreado y publica un tuit: «Veo unos cuantos trols a los que les ha hecho gracia el nombre de políticas palanca. Pues resulta que son, por ejemplo, la ley de cambio climático o la red universal de escuelas infantiles. Esas minucias. Como decía mi abuela, la ignorancia es atrevida».

Lo que se agradece una aclaración de la autoridad. Perdóneme la señora secretaria de Estado por ser ignorante y atrevida. Diría incluso, torpe. En el Informe del Gobierno sobre Agenda 2030 se dice: «Por políticas palanca nos referimos a aquellos programas o políticas con capacidad de acelerar la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles de la ONU (…) han de entenderse como instrumentos transversales para romper silos o compartimentos sectoriales rígidos y atender a un desarrollo sostenible (así la lucha contra la pobreza, igualdad de oportunidades, agenda urbana, economía circular, ley de cambio climático, investigación o economía global)». O sea, bla bla bla para mencionar medidas políticas, mondas y lirondas. Director de medidas políticas, es este Gabriel. ¿Por qué complicar las cosas?

El paro va mal, supongo que eso influye en la creación de tantos ministerios nuevos y nada menos que 23 direcciones generales. También en la entrada en esos cargos de amigos como Irene Lozano, la autora del libro que firmó Pedro Sánchez, y que ahora es secretaria de Estado de Deportes y presidenta del Consejo Superior de Deportes. O de Gabriel, el nuevo director general de palancas. Pero no son precisos estos nombres espantosos, que contribuyen al caos y la confusión. Y tal vez a ocultar lo que está ocurriendo.