Los máximos honores, las banderas española y catalana en la sala, los mossos de gala, la solemnidad propia de las citas oficiales, lo pomposo del ceremonial, lo simbólico y lo anecdótico han confluido en la cumbre bilateral España-Cataluña que hemos tenido la oportunidad de presenciar en el Palau, cual hecho histórico. Desde luego, si La Moncloa pretendía diluir la importancia...
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