En 1346, Caffa, ciudad a la orilla del Mar Negro, fue asediada por el ejército mongol, en cuyas filas se manifestó una enfermedad que diezmó a sus efectivos. Los sitiadores extendieron el contagio a los sitiados arrojando, mediante catapultas, los cadáveres putrefactos al interior de los muros. Ante el pánico desatado, la numerosa colonia de italianos, decidió huir, llevando consigo...
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