Opinión

Pedro Sainz Rodríguez

«Visión de España» es un libro de don Pedro Sainz Rodríguez, nacido en Madrid el 4 de enero de 1898 y de ascendencia montañesa. Concluidos los estudios en la Universidad Central de Madrid de Filosofía y Letras y de Derecho, ganó por oposición la cátedra de Historia de la Literatura Española de la Universidad de Oviedo, en octubre de 1920. Tres años después, por concurso de traslado, obtuvo en la Universidad Central la cátedra de Bibliografía. En 1926 se le concedió el Premio Nacional de Literatura por su libro «Introducción a la historia de la Literatura mística en España». Finalmente, el 5 de enero de 1938 fue elegido Académico de Número de la Real Academia Española.

Discípulo destacado de don Marcelino Meléndez y Pelayo y profundísimo conocedor de su gigantesca obra de Historia y Literatura española, regresó a España en 1969, ocupando una cátedra en la Universidad Pontificia de Comillas. Su considerable labor de investigación como asesor cultural en la Fundación Universitaria Española y después como director de la misma, se ha proyectado en tres importantes campos: historia crítica de la literatura; historia de la espiritualidad; y estudio de la problemática intelectual que se planteó en su día sobre la interpretación de la historia y la cultura española.

El libro al que me refiero, «Visión de España. Páginas selectas» se publicó por iniciativa y a expensas de la Fundación Cánovas del Castillo. Se desea con él «rendir homenaje de admiración y solidaridad intelectual» a don Pedro Sainz, como le agradaba que le llamasen. El libro que cito lleva una carta dedicatoria de don Emilio García Gómez, de la Real Academia Española, donde a la sazón proclamaba de él: «Menéndez Pelayo ha sido muchísimo para usted; pero claro está que aludo al Menéndez Pelayo no al que antes mitificaban y ahora faltan al respeto. Usted ha seguido siempre en su mismo camino… Usted ha caminado a su paso más suavemente. Hoy no estamos para brindis, pero si teóricamente hiciera usted un nuevo brindis del Retiro, probablemente hablaríamos del ‘Príncipe constante’».

Dos capítulos de importancia radical del libro de don Pedro Sáenz son: «Espiritualidad» y «España y su conciencia histórica»; son ambos un prodigio de ciencia cierta. No solamente se habla de espiritualidad. Se dice clarísimamente en qué consiste su realidad histórica y en la creación literaria, en las ideas y los datos; cómo la realidad histórica misma lleva en sí el «plancton» de la verdad; en definitiva, una aproximación a la realidad misma de la vida, que esa es la historia, a la que resulta tan difícil centrarse en su mismo ser.

La espiritualidad española la analiza don Pedro Sainz en función religiosa en seis actos históricos: el cardenal Cisneros en la regencia y la espiritualidad del tiempo de prerreforma; seguido de San Ignacio de Loyola y Erasmo; el mundo espiritualista de Erasmo de Rotterdam; los cuatro semblantes de Lutero cuando sintió necesidad de reforma, que produjo una exacerbación teológica, psicológica y de filosofía mística en España; el bellísimo discurso sobre Santa Teresa, el que Báñez llamó la “visibilidad de la iglesia”, precisamente cuando en España prosperaba la secta de los alumbrados; y, finalmente, la influencia de los místicos italianos en España y Marcel Bataillon. La espiritualidad española cerrando tan importante análisis de un fenómeno peculiar español, pero también en Europa, que en España será más vivido y peculiarmente fuerte por la religiosidad de la teología mística.

Comprendo que la importancia del tema sobrepasa el límite de un artículo. Pero mi intención es señalar la importancia del libro de don Pedro Sainz, tan profundo, recto y relevante de lo que se habla con demasiada frivolidad y que es necesario replantear con esta oportunidad de oro del nuevo año. Acudamos a la crítica literaria, al conocimiento de los supuestos generadores de la realidad, que actualmente son formulaciones nuevas y utilicemos las obras que son mérito del saber y la investigación.