Opinión
8-M: Una nueva jornada reivindicativa para olvidar
La gresca y la división, los grandes enemigos de una causa fundamental
Ya me conocen y saben que no meando por las ramas, ni tengo pelos en la lengua a la hora de denunciar situaciones que me parecen injustas, antidemocrática se incluso ‘kafkianas’, como ha vuelto a ser el caso de todo lo que han tenido que soportar, en la tarde del domingo 8 de marzo y en el curso de la manifestación por el día de la mujer, algunas dirigentes de Ciudadanos a las que, al igual que el año pasado, las Fuerzas de Seguridad han tenido que proteger y escoltar. Una valiente vicealcaldesa, Begoña Villacís, acompañada de Marta Rivera de la Cruz, Consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid y de la líder de Ciudadanos en Cataluña, Lorena Roldán, entre algunas más, fueron vejadas, insultadas,acosadas y coaccionadas por un grupo de exaltadas que haciendo gala de una notable agresividad han llegado a sentarse físicamente delante de ellas para impedirles el paso. Conozco muy bien a Begoña Villacís. La he tratado de manera muy cercana, desde hace ya suficientes años, como para saber que no es una mujer que se ‘arrugue’ ante las amenazas. Tampoco duda, tiene el coraje suficiente, para incluso llegar a exponer su integridad física a la hora de defender un concepto que tanto para ella, como para quien esto firma, como para miles de millones de personas en todo el mundo es nuclear: la LIBERTAD. Por ello, lo primero que hizo fue levantar su pancarta -cuyo lema era precisamente ese- y pasar por encima de las alborotadoras. En un principio lo consiguieron, pero cuando llegaban ya a la Plaza de Neptuno la posibilidad de una agresión real cobraba fuerza. Me parecen particularmente despreciables algunos de los insultos que personas que allí se encontraban, supongo que feministas, dedicaron a las dirigentes del partido naranja:‘¡floreros!’ Todas aguantaron el tipo y como se encargó de recordar la propia Villacís, ya el año pasado avanzaron de que nada ni nadie iba a amedrentarlas… y que volverían ‘again, and again, and again…’ La división y el enfrentamiento solo traen debilidad y frustración ¡Qué pena que algo tan noche como el movimiento feminista y su lucha de tantos siglos termine convertido en una vulgar pelea callejera entre quienes profesando maneras distintas de entenderlo! Para quienes, legítima-mente, se encuadran en un extremo del arco ideológico puramente de izquierdas, el feminismo no es más que una herramienta más de lucha contra un ‘capitalismo opresor’ que contribuye a perpetuar el ‘hetero-patriarcado’. Para otras,que se encuadran en un segmento más claramente de centro liberal,el feminismo debe se cualquier cosa menos una ideología excluyente; más al contrario, debe ser inclusiva en primer término con los varones, pero también con el resto de las mujeres que no lo ven como ellas. Estoy de acuerdo.Y lo remarco con la autoridad queme da el haber defendido recientemente en foros muy elitistas repletos de altísimas directivas, presidentas o vicepresidentas de alguna conocida multinacional o mujeres acomodadas, en general, un argumento poco popular para todas ellas: la de que es fácil pontificar sobre este movimiento cuando se dispone de una posición como la suya y no se sufren problemas laborales, ni económicos, ni de violencia de género ni otros de parecido signo.No ignoro, porque me considero amigo de muchas de ellas, que en la medida en la que una mujer alcanza determinados niveles de poder o de responsabilidad,pública o privada, es víctima de un mayor cuestionamiento y está sometida a una constante lupa por parte de varones, normalmente de edad avanzada, acostumbrados a ser los únicos que se movían tradicionalmente en esto sestratos. Algunas reconocen que no han sentido nunca discriminación propiamente dicha pero sí en cambio poseen una larga experiencia en superar obstáculos que parecen no tener fin: desde un incómodo ‘paternalismo’ por parte de sus mentores o compañeros-pongamos, por ejemplo, que de Consejo de Administración, por no hablar de actitudes más sutiles…vidriosas; miradas, tonos de voz,formas de ser interpeladas en público o en privado… es evidente que, aún en pleno siglo XXI que d amucho camino por recorrer.Creo sinceramente que hasta que TODAS las mujeres sean capaces de interiorizar que no tienen ni barreras ni techos de cristal,porque con su tesón y con su esfuerzo los han roto, esta lucha no habrá terminado. Ser feminista,hoy en día, es tener plena conciencia de que la desigualdad sigue existiendo y de que hasta que las mujeres no sean capaces de conseguir que todos sepan que no están dispuestas a consentir que nadie piense por ellas, el feminismo seguirá teniendo sentido… seguirá siendo completamente necesario. La pelea, la división y la bronca,solo sirven para que los ‘ultras’,los populistas de extrema derecha y quienes quieren devolvernos a la caverna, se froten las manos… ¿¿Eso es lo que queremos los y las feministas?? ¡¡Rotundamente, NO!!Mucho recorrido, mucho por recorrer…El mundo desarrollado en general,y la sociedad española en particular, han cambiado de una forma brutal. Hoy, las mujeres de nuestro país han conquistado metas que hace décadas ni hubieran soñado. Recuérdese que hasta 1973 una mujer no podía abrir una cuenta corriente en un banco sin permiso de su padre o marido. ¿La Edad Media? ¡En absoluto! ¡No hace ni medio siglo!España ya no es ese país en blanco y negro, o en gris, como prefieran, que nos muestran las películas de la época de la dictadura que aún se muestran en la televisión pública en las tardes de los fines de semana y en lasque la mujer no era más que una sumisa muñequita, esposa y madre ejemplar y siempre monísima para satisfacer los deseos de su triunfador ‘maridito’. Hemos corrido mucho… y lo que nos queda. En esto, como en otras cosas, uno más uno suma tres, nodos. Las empresas no pueden permitirse renunciar a la mitad del talento, y lo saben. Es asimismo inaceptable que instituciones como la ONU nos den, de cuando en vez, tremendos jarros de agua fría al avanzarnos que hasta dentro de… ¡¡200 años!! no alcanzaremos una plena igualdad.Dicho lo cual, solo unidos, juntos de la mano hombres y mujeres,jóvenes, madur@s y ancian@s y luchando por ser una abrumadora mayoría, lograremos todo aquello por lo que pelearon nuestras madres y abuelas, la mayoría delas cuales no llegaron a ver el final de sus esfuerzos: una SOCIEDAD LIBRE, 50 50, IGUALITARIA, y en la que nadie, hombre o mujer, se sienta discriminad@. ¡NUNCA MÁS!
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