Opinión
Todo controlado
«Desmantela la sanidad pública, trae un virus mortal y no toma las medidas más básicas de prevención, ¿exterminio encubierto? Ana Mato dimisión». Palabra de Ada Colau, 2014, cuando la vida era un bonito tricotar de activismo turbo y fiebres revolucionarias. Hablaba del ébola, que en España y hasta donde alcanza mi desmemoria le costó la vida a un cooperante. «Voy a pedir una mil veces la comparecencia de Rajoy para explicar la crisis del ébola», clamó entonces Pedro Sánchez, octubre de 2014. El rosario de imprecaciones, estampidas, carteles y denuncias fue el habitual cuando toca reclamar responsabilidades al centro derecha. Que como todos saben gobierna siempre contra la gente. O sea, en favor de las pandemias. Hoy, coronavirus mediante, tenemos al gobierno muy volcado en celebrar grandes manifestaciones con millones de personas y hermosas fiestas populares con cientos de miles de turistas. Hoy vivimos el descontrol inevitable de un estado atomizado en mil y una administraciones. Hoy, uy, los gobiernos locales esperan que Moncloa suspenda las Fallas, que a mi me da la risa. Hoy no sabemos nada más excepto que en Italia la cosa pinta explosiva y que los modelos estadísticos predicen que vamos a su encuentro en apenas diez días. Hoy o ayer Pablo Echenique escribe que «En las portadas y en las tertulias el coronavirus corre desbocado y es una peligrosísima pandemia que causa pavor. En el mundo real, el coronavirus está absolutamente controlado en España». Absolutamente controlado. «Ojalá un día el sistema mediático tenga la mitad de calidad que el sistema sanitario», añade. Todo mientras la oposición dedicaba los últimos días a ver pasar los trenes con perfil bovino y mientras los partidos del progreso y aserejé demuestran que con tal de pintar las calles de morado, en su celebración anual del akelarre anti todo lo que sean ellos, bien vale arriesgar la salud pública y tensionar un sistema sanitario abocado a sufrir una descomunal prueba de resistencia. El papelón de los expertos que repiten que todo fenomenal, y que total a las manifestaciones no van los guiris, ha sido apoteósico. Prepárense en los próximos días para asistir a un vendaval de ataques contra la prensa enemiga, que incendia las calles, que mete miedo, y a un correctivo por tierra, mar y aire contra los políticos de la oposición, si dicen esta boca es tuya. Todo bajo control, guapis.
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