Opinión
Galí i Duffour
Francesc Galí i Duffour fue un reconocido poeta, crítico de arte y editor de «Atzavara», una de las revistas culturales en catalán más importantes e influyentes durante el pasado siglo XX, fundada en 1950. Su abuelo, de origen francés, se estableció en Terrassa, y formaría parte de una de las sagas más influyentes de la comarca del Vallès, tanto desde la faceta comercial como de la deportiva. Entre 1948 hasta 1970 dirigió los Premios Juan Boscán de poesía, organizada por el Instituto Catalán de Cultura Hispánica. En 1964 ganó el Premio Ciudad de Barcelona de poesía con «És de vegades que gira sobre la punta del peu». Publicó los poemarios “«El ruiseñor y el alba» (1943), «Oración por la paz», «Tannkas del somni”» (1952) «Atzavara» (1953), «Poemes» (1957) y «Carta a Gerta» (2003).
Colaborador de la prensa como crítico en los periódicos Mundo Diario, Correo Catalán y Estafeta Literaria y durante diecisiete años participó en el programa cultural «Paraula i pensament» de Ràdio 4. En 1983 creó la revista Gal Art, de la que fue su director. También contribuyó a la creación de la Associació Catalana de Crítics d’Art, y fue miembro de la Asociación Internacional del mismo nombre. En 1986 inició su colaboración con la sala de arte Rusiñol. Conocido como el «Falangista catalanista», su adscripción al régimen franquista junto a la defensa de la cultura y la lengua catalana, provocaron que fuera un outsider para nacionalistas varios, un personaje sin parangón que cedió su importante colección de obras pictóricas al ayuntamiento de Palamós.
Pero Galí tenía una faceta desconocida, y que compartió con un numeroso grupo de intelectuales catalanes, y fue la de ejercer de censor del régimen franquista. Entre otros censores catalanes que trabajaron en esta especial tarea, destacaron Joan Josep Permanyer i Citron, periodista e hijo del poeta Ricard Permanyer; el economista y escritor Romà Perpinyà i Grau; el poeta i profesor Sebastià Sanchez-Juan, conocido como «David Cristià», premio «Ciutat de Barcelona» y ganador de los «Jochs Florals» de antes de la contienda civil; el franciscano Miquel Oromí i Inglès, uno de los más importantes expertos en la obra de Unamuno; el poeta y escritor Carles Sindreu i Pons, el escritor Pascual Maisterra i Riu o el catedrático y escritor Fèlix Ros i Cebrián, fundador de la «Editorial Tartesos», embrión posterior de la «Editorial Planeta». Todos ellos fueron unos destacados poetas y escritores catalanes y en lengua catalana, hoy olvidados en Catalunya y calumniados en un libro publicado en 2010 y firmado por Quim Torra bajo el nombre de «Les millors obres de la literatura catalana (comentades pels censors)», en la que lanza todo tipo de improperios contra los traidores a las esencias patrias catalanas. Cualquier escrito de Torra rezuma odio, tildó recientemente a los españoles que no reconocen el catalán como «bestias con forma humana», homenajea a los supremacistas hermanos Badía, se fotografía con el asesino Carles Sastre o elogia a Daniel Cardona, el político independentista catalán, cuya contribución ideológica fue decir «un cráneo de Ávila no será nunca como uno de la Plana de Vic». Yo siempre seré de Francesc Galí. Me representa.
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