Opinión

Europa neoliberal

Otra vez, Europa en crisis por culpa del liberalismo, o capitalismo, o, como se le llama ahora, el «neoliberalismo». Dirá usted: esto del coronavirus tendrá algo que ver. El pensamiento único se apresura a reconocerlo. Pero el problema de fondo permanece: Europa, dicen, es liberal.

Sami Naïr afirmó en «El País» hace pocos días: «La UE defiende, como si fuera una ley de la naturaleza, un modelo neoliberal moderado, aplicado en los años ochenta, planificado espartanamente a través del plan de estabilidad y de ‘crecimiento’, y grabado a fuego en el Tratado de Lisboa». Tan espartanos son los europeos que, ante la última crisis, en vez de aplicar «una política contracíclica» –es decir, subir el gasto público– hicieron lo contrario: «una camisa de fuerza, la austeridad, bajo presión constante del conjunto de los países más ricos de Europa».

Considerando que Europa registra los niveles de gasto público y de impuestos más altos del mundo, y que en ningún caso bajaron apreciablemente en la última década, cabe preguntarse qué cosa entenderá el profesor Naïr por neoliberalismo y austeridad.

Parece que la corrección política distorsiona la realidad, y fuerza a pensar que cualquier cosa mala es fruto de una libertad excesiva, y que podría ser corregida aplicándole a Europa la misma lógica redistributiva de sus Estados miembros. Es decir, lo malo de Europa es que aún no es un Estado tan grande, tan intervencionista y tan oneroso como sus miembros. De ahí que se instale ese discurso simplista de la culpabilidad de los países ricos.

También el doctor Naïr, en vez de dedicarse a alabar el «arrojo» del presidente Sánchez en las negociaciones europeas, podría haber pensado en si los problemas europeos no derivarán de lo contrario de sus temores, es decir, del intervencionismo. En vez de ello, pide como todo el mundo crecimiento y redistribución, sin considerar que los impuestos de la segunda lastran el primero.

Los dirigentes de todos los partidos peroran sobre «el proyecto europeo». Por desgracia, atentos como están siempre a la política, no atienden a lo que les sucede a los ciudadanos europeos. Solo quieren cobrarles más impuestos, aunque ahora lo disfrazan de más deuda, ayudas, Plan Marshall, etc. Por aquello de la «solidaridad», ya sabe usted.