Opinión
Soplar y sorber, no puede ser
El ser humano es un animal racional, por lo menos a veces, y contradictorio siempre. Será el propio pensamiento o la duda sistemática, pero en ciencia y filosofía, las contradicciones se suceden en todo lo que no se puede probar empíricamente. Hasta la propia existencia de Dios. Blaise Pascal decía aquello de: «Ponderemos pérdidas y beneficios y tomemos el partido de que Dios existe. Si ganas, lo ganas todo; si pierdes, no pierdes nada. Apuesta pues, sin vacilar, por su existencia». ¿Qué si creía en Dios? Pues…, más bien pensaba que su existencia era una cuestión de azar y que aunque no había seguridad sobre su existencia lo racional era apostar por ella. Creer sin creer. Creer sin fe, casi por cálculo de probabilidades indemostrables. El ser humano es así, incluso en cuestiones menos elevadas. Ahí está el ejemplo de Iglesias. Quiere estar en el Gobierno, pero no puede evitar criticar las sentencias del TSJM. Y cuando alguien les recuerda, que, hombre, siendo vicepresidente, lo suyo es que refuerce la independencia de los poderes del Estado y sus actuaciones, Iglesias hace un truco de magia y justifica sus declaraciones diciendo: «Hay mucha gente que piensa que la Justicia no es igual para todos y muchos corruptos se han ido de rositas»… Y añade (él, que siempre se mostró en contra de la existencia de medios de comunicación fuera del control público) que hay quien quiere poner mordazas y en democracia no se puede. Ay. Soplar y sorber, no puede ser.
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