Liderando el caos

Sánchez como le ha cogido el gustillo a esto de ser líder, líder en muertos, líder en contagio de sanitarios, líder en población infectada, líder en la caída del PIB, líder en paro, líder en quién gestiona peor la pandemia, líder de todos los rankings, no podía dejar pasar el que realizaba la OCDE sobre qué países habían realizado más test de coronavirus. Para no perder puntos envía los datos sumados de las pruebas PCR y de los test serológicos. Decía Sherlock Holmes que un error capital es teorizar antes de poseer los datos, uno comienza a alterar los hechos para encajarlos en las teorías, en lugar de encajar las teorías en los hechos. Lo mismito que hace Sánchez todos los días. Seguimos sin saber realmente cuántas personas han fallecido, cuántas están contagiadas por no hablar de qué material hemos comprado, cuánto hemos comprado, a quién hemos comprado y cuánto nos ha costado lo comprado. Se dice que el inteligente está lleno de dudas y el estúpido de certezas. No voy a hacer ninguna afirmación pero veamos el último hecho acontecido. 46 días llevamos confinados en nuestras casas para que al Gobierno le de tiempo suficiente para tener una radiografía exacta de la extensión de la pandemia y programar un plan de desescalada para afrontar la mayor crisis económica y social del país. Los ministros reciben el documento, diez minutos después de haber comenzado la reunión, nadie lo ha visto antes, ni siquiera la ministra de Economía. El documento es genérico y sobre la marcha se ponen a rellenar con las ocurrencias que se van aportando tan distintas y dispares. Una nueva normalidad en la que abren las terrazas, cines y teatros pero no está permitido ver a tus familiares. Cuando un dedo apunta al cielo, el tonto mira el dedo.