Opinión

El lenguaje de los signos

Los datos de empleo paro y afiliación a la Seguridad Social conocidos ayer reflejaron «signos de mejora», en opinión de BBVA Research. El lenguaje de los signos tiene complicaciones y matices, pero ese diagnóstico parece estar a primera vista, y con todas las cautelas necesarias, justificado, a día de hoy y con los datos de los que disponemos. Cierto es que el aumento del número de parados en mayo fue de un 25,3% con respecto al mismo mes del año pasado, casi 779,000 desempleados más en los últimos doce meses, y que el incremento mensual relativo de la afiliación fue el peor de los meses de mayo desde 2012. Pero también es cierto que el descenso desestacionalizado del número medio de afiliados en 76.000 personas es menor que la caída en marzo, que fue de 317.000, y sobre todo que la de abril, que alcanzó los 676.000 personas. Por lo tanto, es razonable concluir que «al menos de forma temporal, la dinámica negativa de la afiliación empezó a revertir en mayo». No estamos hablando de buenas noticias sino de noticias menos malas, es decir, de una ralentización en el ritmo de deterioro de nuestro mercado laboral. ¿Hemos tocado fondo? Desde luego que no, porque, además de los 3,8 millones de parados, hay prácticamente 3 millones de trabajadores afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo. Y los próximos meses no brindarán muchas alegrías, porque no es razonable esperar que el turismo recupere el nivel habitual en tan poco tiempo, a pesar de los enormes esfuerzos que están acometiendo las empresas turísticas y de hostelería. El fin de los ERTE, previsto en principio para el 30 de junio, será una fecha crítica para ponderar cuántas personas que han estado disfrazadas para las estadísticas hasta hoy, recuperan oficialmente su puesto de trabajo o se instalan oficialmente en el paro. He visto alguna estimación, o especulación, en el sentido de que solo la mitad de los trabajadores actualmente en un ERTE mantendrán sus empleos cuando dejen de estar bajo el abrigo del Estado. Veremos. El Gobierno, lógicamente, está feliz de que la cosa no siga empeorando al ritmo precedente, y la prensa adicta también lo ha celebrado. Ya se está manejando la cifra del 19% como tasa de paro media para 2020, lo que, siendo terrible, es más baja que la del 27%, registro alcanzado en el primer trimestre de 2013. Es muy pronto todavía para sancionar la veracidad de esa tasa de desempleo, porque no sabemos el desenlace real de los ERTE, ni si esta ralentización del mes de mayo se mantendrá. Los datos que vamos conociendo sobre empresas en distintos sectores, en particular la industria y los servicios, sin olvidar los autónomos, no permiten aún confirmar el final de la aceleración de la cuesta abajo. Pero todo puede ser. El lenguaje de los signos es lo que tiene.