Opinión

Causa general contra la Monarquía

Los mismos que entronizaron y sostienen al socialista Pedro Sánchez en el poder pretenden abrir una causa general contra la Monarquía. Aprovechan ciertas sospechas sobre posibles irregularidades económicas derivadas del contrato del Ave a la Meca, en el que medió el rey Juan Carlos con evidente éxito, para arremeter contra la Corona y poner cargas de dinamita en los cimientos de la Constitución del 78. Participan en este intento de demoler la unidad de España y la pacífica convivencia democrática Podemos, ERC, el PNV, Bildu, la CUP y el resto de la patulea. Esto sí que parece, en las presentes circunstancias, un intento de golpe de Estado silencioso, procurando salvar las formas. Pretenden montar una comisión en el Congreso de los Diputados para descalificar a la Familia Real, preparar el terreno de la quimérica III República y provocar la ruina de España como nación soberana. La comisión no se limitaría a analizar las posibles irregularidades económicas de don Juan Carlos después de su abdicación, de las que ya se encarga el Tribunal Supremo. Ese es el pretexto. Va mucho más allá. Sería escandaloso que los representantes socialistas se prestaran a semejante despropósito. El PSOE, fundado el 2 de mayo de 1879, moriría ahí de muerte natural.

Por eso ha causado general inquietud la afirmación, en sede parlamentaria, de Juan Carlos Campo, ministro de Justicia y notario mayor del Reino, de que estamos en una «crisis constituyente». Tranquilizaba así a Esquerra Republicana de Cataluña. Más que abrir la mano a una reforma de la Constitución, se cierra el puño para abolirla. Daba a entender el ministro, hasta ahora discreto, que estamos, sin que nadie se haya enterado ni los grandes partidos hayan llevado tan importante propuesta en su programa electoral, en período constituyente. Como si la Constitución del 78, que estableció la Monarquía parlamentaria y fijó la «indisoluble unidad de la nación española», empezara a ser papel mojado. Es precisamente lo que quieren Pablo Iglesias y los demás socios de Pedro Sánchez. No es extraño que esta imprudente declaración de un miembro destacado del gobierno –ese gobierno que parece, según Felipe González, «el camarote de los hermanos Marx»– haya levantado la vehemente sospecha de que algo se está tramando en las oscuras cloacas del poder. Ninguna puntualización puede cambiar ya tal confesión. Eso no tiene arreglo. Quieren aprovechar «la crisis sanitaria con brotes económicos», debidamente subvencionados, para impulsar una crisis constituyente, que arranca con el acoso y derribo de la Corona. No escarmentamos. Aquí la burra vuelve siempre al trigo.