Cambio de rumbo

Se avecina un cambio de rumbo. Los vientos de concordia soplan cada vez más fuerte y sólo los que se coloquen a su favor resultarán políticamente favorecidos. Las encuestas de los últimos días lo van dejando claro: en la izquierda sólo los socialistas aguantan, aunque con alguna pérdida, porque los electores apenas le pasan la factura de su incompetencia para gestionar la crisis epidémica; y en la derecha únicamente los populares suman nuevos apoyos mientras los naranjas logran frenar su desgaste. Los otros, Podemos y Vox, pagan la factura, cada uno por lo suyo, mientras el conglomerado regional-nacionalista se queda como estaba. Con esos mimbres el país es ingobernable, más aún porque lo que se avecina es una crisis económica que carece de precedentes, no por su profundidad –que también– sino porque el Covid-19 ha provocado un exceso de mano de obra –que alimentará un enorme desempleo durante años– y también de capital –que buscará recolocarse porque si no es así acabará destruido–. No hablo de lo inmediato –con sus ertes, sus créditos avalados, sus aplazamientos impositivos o sus ingresos mínimos vitales– sino del futuro. Todas las crisis post-epidémicas se han resuelto con una profunda reestructuración productiva, un cambio en las relaciones sociales y una redistribución del poder económico. En esta de ahora será así también, pero no sabemos ni su alcance ni su orientación exacta ni cuánto tiempo requerirá para su desarrollo. Pero de lo que no cabe la menor duda es de que, si los principales no se ponen más o menos de acuerdo hacia dónde empujar, acabaremos perdiendo todos. Esto es lo que hay.

Pongámonos en la hipótesis opuesta. El programa revolucionario con el que UP llegó a un acuerdo de gobierno con el PSOE sólo lo hará viable la desmembración y la ruina del país. No me extraña, por ello, que en este último partido empiece a manifestarse la conciencia de la concordia. Lo puso de relieve la ministra Montero el otro día, hablando de sus presupuestos, cuando apeló a una retahíla de verbos de significación pactista: modular, adaptar, dialogar, escuchar, recibir, incorporar. Hablaba mirando hacia el centro-derecha y no extrañan, por ello, las reticencias inmediatas que suscitó en ERC y en UP, su socio principal. Pero a éste le advirtió que «no podemos hacer como si la pandemia no hubiera ocurrido». Para populares y centristas es una oportunidad aunque tengan que navegar de bolina hacia barlovento. Se resisten, sí, pero tal como están las cosas, no va a haber unas elecciones inmediatas con la gente cansada por el confinamiento y temerosa de un repunte infeccioso. Soplan vientos de concordia, difíciles de controlar, pero ineludibles.