Economía

Este es mi liberalismo, pero tengo otro

Liberalismo es como decía Groucho de los principios, que si no te gustan, siempre puedes tener otros... incluso al mismo tiempo

Últimamente no ganamos para paradojas. Ante la situación económica generada por el Coronavirus, Estados Unidos ha lanzado un programa de ayudas para proteger a las empresas, como muchos gobiernos del mundo, llamado Programa de Protección de Pago (PPP) con el objetivo de que los negocios mantengan el empleo, que es lo que mueve la economía. Este programa consiste en préstamos que, si son destinados al pago de nóminas y otros requisitos, pueden incluso ser perdonados. La sorpresa llega cuando miramos quiénes han pedido estos préstamos y no solo porque entre los solicitantes haya millonarios o incluso las Girl Scouts. Ni siquiera hablaremos de que Kanye West haya pedido ayudas para una línea de ropa que vende zapatillas a 250 dólares o incluso el escultor estrella Jeff Koons haya solicitado más de un millón de dólares para pagar las nóminas de su «estudio», compuesto por ¡53! ayudantes. Hay más sorpresas en el país del liberalismo.

Por ejemplo, uno de los solicitantes es el Instituto Ayn Rand, un nombre que es probable que no les suene, pero que es la autora de, entre otras, una novela icónica, «El manantial», que sirvió de argumento para una película estupenda de King Vidor protagonizada por Gary Cooper. Toda la trama de la novela es un canto al liberalismo y al individualismo. Ya saben, tienes lo que te mereces, lo que consigues por tus méritos compitiendo en el mercado que, por supuesto, debe dejarse a su albedrío porque es justo y objetivo: «Laisser faire, laissez passer». En sus novelas, Rand, de origen ruso, defendía la doctrina del «egoísmo racional», algo así como que cada individuo tiene derecho a existir por sí mismo, sin sacrificarse por los demás ni sacrificando a otros para sí. Dejó escrito también que «la ayuda del gobierno a los negocios es tan desastrosa como la persecución, y la única forma en que un gobierno puede servir a la prosperidad nacional es dejando las manos quietas». Ahora reciben algo menos de un millón de dólares de ayuda y lo hacen con este mensaje: «Lo tomaremos sin pedir disculpas, porque el principio aquí es: justicia», y añadieron que «el gobierno no tiene riqueza propia... Solo puede redistribuir la riqueza de los demás». Yo digo que entreguen las armas y pidan perdón.

Pero si quieren más lecciones de teoría y práctica del liberalismo se las pueden pedir a otros solicitantes de ayudas gubernamentales (¿cómo se dice «paguita» en inglés?). En concreto, a la Americans for Tax Reform Foundation, una organización «sin ánimo de lucro» cuyo fin último es la eliminación de los impuestos en Estados Unidos, y que han obtenido 350.000 dólares. Ahá. Voy a escribirlo despacio a ver si lo entiendo: quieren eliminar los impuestos pero le piden ayuda al estado... que se financia con impuestos. Es posible que sea cosa mía, que no pillo las sutilezas teóricas de la doctrina económica, o bien que liberalismo es como decía Groucho de los principios, que si no te gustan, siempre puedes tener otros... incluso al mismo tiempo.