Opinión

La Corona no está en apuros; la ultraizquierda, sí

Pablo Iglesias tiene muchos y serios frentes que atender que ensombrecen su horizonte. El Gobierno del que forma parte se asoma también a un abismo económico, con la depresión que se atisba, y puede que judicial y parlamentario con la nefasta gestión de la pandemia que merecerá una depuración de responsabilidades más temprano que tarde. Las cortinas de humo para eludir cualquier cerco es una maniobra demasiado vieja y manida. El vicepresidente lo pretende ahora con la Corona. En Unidas Podemos se ha demandado incluso que el Rey abdique. El presidente enredó lo suyo para que la bruma espesara con un comentario desafortunado sobre el rey Juan Carlos. La Corona no está en cuestión salvo en la estrategia cortoplacista y desleal de la izquierda. Ese ha sido y es un debate fantasmal que agitan para desviar el tiro de la opinión pública sobre sus embrollos. En realidad, el consenso unánime de las encuestas, incluidas las del CIS, se reduce a un espaldarazo muy mayoritario a la figura y la labor de Felipe VI y, por ende, de la monarquía constitucional, artífice de impagables servicios a la prosperidad y la libertad de los ciudadanos. El Gobierno, Sánchez, Iglesias están en apuros, pero el Rey y la institución no.