Opinión
In memoriam
Hace falta el luto, es necesario. Y hacerlo juntos, porque una sociedad es también la expresión común del dolor. Ha sido bonito ver a nuestros Reyes, nuestras autoridades, los profesionales y los deudos sentarse y reflexionar un instante. Los amigos de fuera y del extranjero. Diciendo y escuchando palabras sentidas y sensatas.
Faltan cosas, claro. Un pueblo que ya no sabe orar, echa flores a un pebetero. Pero es justo y hermoso expresar el sufrimiento, aunque sólo sea en forma de volutas que se lleva el aire. Y, puesto que no podemos hacer una procesión religiosa, ni una parada militar solemne, mirémonos al menos y acompañémonos en el sentimiento.
No debió faltar alguna corbata negra, es verdad, porque es tradición antigua de pesar público. Ni debió alguna vestirse con sayas de fiesta cuaresmal. Incluso la manga corta de algunos hombres o los escotes amplios de alguna señora estaban fuera del lugar donde debe reinar la modestia, pero quien no tiene costumbre de preguntar, suele hacer las cosas mal. Ni que decir tiene que mascarillas con mensaje político, como la de Echenique, eran aprovechamiento político.
Bienvenidos los 17 presidentes autonómicos, juntos. Bienvenidos los obispos en esta fiesta común. Bienvenidos todos. Lástima, es verdad, que no supiese el presidente que acudir a la misa funeral el otro día hubiese sido también forma laica de honrar a los muertos. Pero está bien lo que se hizo. Por fin un patio inmenso acogió a todos los españoles, inmensamente dañados por este inmenso misterio de la muerte.
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