Opinión
“Cayetana, la «Doncella de la Libertad»”
Casado y su equipo se han mantenido firmes en la defensa de los principios del PP. No hay más que ver la agresividad que suscita entre los políticos, intelectuales y periodistas de izquierdas
Es la nueva Juana de Arco del centro derecha. Es una víctima indefensa que ha caído por culpa de la facción de los entreguistas que quieren que el PP sea la marioneta del gobierno socialcomunista. Mientras que la Santa triunfó en el sitio de Orleans y fue un símbolo del deseo francés de no formar parte de la corona inglesa, aunque sus reyes tenían unos derechos más que legítimos al trono, nuestra «Doncella de la Libertad» ha caído por la envidia que sentían ante su enorme talento. Carlos VII sería Pablo Casado y Teodoro García Escudero el obispo Pierre Cauchon. Nadie la defendió, pero seguro que encontrará un Napoleón que la convierta dentro de un tiempo en el símbolo del PP libre y auténtico. Por supuesto, habrá periodistas que la defiendan como la única y excelsa liberal. Es evidente que esta pequeña fabulación no se corresponde con la realidad. Cayetana no ha sido sacrificada, sino que es víctima de su ambición y su carácter. Lo primero porque siempre actuó pensando que nadie en el PP le llegaba a la suela de los zapatos.
Lo segundo es una continuación de lo primero y su innegable talento, algo que no cuestiono, le ha conducido a la hoguera de las vanidades. Juan de Palafox, sobre quien hizo su tesis doctoral, era también un aristócrata, aunque hijo ilegitimo del marqués de Ariza, un intelectual extraordinario y una de las figuras más deslumbrantes del siglo XVII, pero le perdió su carácter inflexible y su falta de habilidad a la hora de enfrentarse con los privilegios de los jesuitas. Esto provocó su caída. Lo hubiera podido tener todo, pero acabó de obispo de Osma y su causa de beatificación es la más larga de la Historia de la Iglesia ya que sus enemigos, los jesuitas, mantuvieron durante siglos una injusta inquina contra él. Una vez más, la causa de Cayetana no tiene la justicia que tuvo la lucha de Palafox. La única coincidencia es, precisamente, el carácter y la falta de habilidad. No es una cuestión de libertad y, por tanto, no es la «Doncella de la Libertad». Casado y su equipo se han mantenido firmes en la defensa de los principios del PP. No hay más que ver la agresividad que suscita entre los políticos, intelectuales y periodistas de izquierdas. La excusa de la renuncia a la «cultura» es tan frágil como inconsistente. Y la de la negociación del CGPJ resulta, simplemente, delirante.
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