Portugal
El presidente de Portugal, al rescate
Este fin de semana, ha vuelto suscitar interés periodístico fuera de su actividad como mandatario luso. Marcelo Rebelo de Sousa, de 71 años, ha salvado a unas bañistas
Puede que en España estemos faltos de buenas noticias en este 2020. Por eso cada dos por tres vienen aires de optimismo desde el país vecino. Igual siempre han estado ahí. Lo cierto es que en estos tiempos de desafección política y hartazgo del coronavirus, los titulares que da el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, son dignos de mención.
Rebelo de Sousa asumió la jefatura del Estado portugués hace cuatro años. Entonces se le alababa como «profesor Marcelo». Su prestigio como catedrático de Derecho le otorgaba experiencia y conocimiento. También se valoró que se pagó toda la modesta campaña electoral de su bolsillo (157.000 euros). Además, su estrategia estuvo basada más en conocer a los portugueses que en darse a conocer. No hubo mítines. No obstante, ganó por el 52% de los votos.
Pero no fue hasta que un terrible incendio arrasó las poblaciones de Santa Comba cuando le «vimos» por primera vez. El mandatario conservador no dudó en abrazar y besar a los más afectados por los fuegos. Palabras y gestos de consuelo a quienes habían perdido a sus seres queridos, su hogar y su humilde modo de vida. Murieron casi setenta personas.
Durante la pandemia, con una gestión que en Portugal ha sido bastante menos improvisada y mucho menos mortal que la de España, las imágenes del “presidente Marcelo” guardando la fila en un supermercado de Cascais dieron la vuelta al mundo. Con la mascarilla puesta. En bermudas claras y con un suéter bastante usado. Así esperaba a que fuera atendido en el súper el jefe del Estado del país. Meses después, le pillaron cambiándose de bañador, estampa típica de las playas del norte, sujetándose la toalla azul en la cintura, tras haberse dado un chapuzón en el mar.
Este fin de semana, ha vuelto suscitar interés periodístico fuera de su actividad como presidente luso. Además de todas las cualidades anteriores, Marcelo es también un “héroe”. Un valiente de 71 años que no titubea si hay vidas en peligro. El mandatario luso, acababa de hacer una entrevista en la arena de la playa de Alvor, en el Algarve. De repente, observó que había dos jóvenes con problemas en el mar: se habían caído de la piragua y parecían no poder enderezarla.
Rebelo de Sousa se lanzó al Atlántico y nadó hacia ellas. Las socorrió justo antes de que otro buen samaritano portugués llegara con su moto de agua a ayudarlas. Los periodistas de SIC, que seguían en la playa no daban crédito a lo que acababan de ser testigos. Sacaron cámaras y corrieron a la orilla a por el presidente para que comentara el rescate.
«Aquellas jóvenes venían de otra playa, y como la corriente ahí es muy fuerte, fueron arrastradas para fuera y vinieron en dirección a esta playa. Volcaron y tragaron mucha agua y no eran capaces ni de girar, ni de subir (a la canoa) ni de nadar, tal era la fuerza de la corriente», reconoció.
«Afortunadamente, hubo ayuda de otro “patriota” y ambos logramos ayudar a las jóvenes», se quitó mérito el jefe del Estado portugués. También dio un aviso a navegantes, no solo hay que saber nadar bien, también llevar chaleco salvavidas y «hay que tener cuidado».
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