Opinión

Los reyes y los nuevos dioses

Recuerdo una frase de la novela «Hawaii» del ganador del Premio Pulitzer, James Michener: «Es difícil ser rey cuando los dioses están cambiando». El novelista estadounidense lo escribió en 1959 pero, 61 años más tarde, está de plena actualidad. El cielo parece haberse abierto para vaciarse de dioses que nos han caído encima y han desatado la tempestad. Los dioses, de repente, se han hecho terrenales, como los reyes, y quizá por esa nueva condición tan mundana, unos y otros se disputan partidas en un tablero de ajedrez en el que los ciudadanos somos las casillas sobre las que realizan sus jugadas caballos y torres, peones y alfiles, reyes y reinas, enfrascados en movimientos estudiados.

Todo el que haya jugado al ajedrez sabe que el Rey es la pieza más importante y se puede mover en la dirección que quiera pero nunca se puede situar en una casilla donde apunte una pieza enemiga. Eso dicen las reglas del juego y el sentido estratégico. Pues bien, no sé quién habrá situado al Rey Felipe VI en el tablero pero le han rodeado de piezas enemigas que otrora parecían amigas y hoy calientan sus voces para entonar el jaque mate en cuanto tengan ocasión.

Tenía razón Winston Churchill cuando dijo que tanto los hombres como los reyes deben juzgarse por su actuación en los momentos críticos de sus vidas. El que fuera primer ministro inglés sabía mucho de momentos críticos y de reyes, en concreto, de una reina, con la que tuvo sus más y sus menos. Si Churchill no erraba, Felipe VI se va a hartar a ser juzgado. Esperemos que sepa jugar al ajedrez, un juego cuyo único objetivo es la captura del rey. Pura matemática y geometría, dicen quienes saben.Y, por supuesto, estrategia. Y aquí de estrategias y relatos vamos sobrados.