Opinión

La presunción de inocencia de Iglesias

El líder de Podemos no tiene que dimitir como nadie tiene que hacerlo en sus circunstancias

Pablo Iglesias y sus compañeros de Podemos sufren ahora las consecuencias de los excesos verbales de antaño. No hace tanto que pedían dimisiones por doquier y no respetaban la presunción de inocencia, porque cualquier información merecía la censura más extrema. Uno de los resultados del 15-M fue, precisamente, una desmesura dialéctica que siempre me pareció un despropósito. A pesar de nuestras diferencias ideológicas, pienso defender la presunción de inocencia de Iglesias como he hecho, sin importarme las críticas, cuando ha afectado a dirigentes del PP o el PSOE. No tengo ninguna duda de que seré vilipendiado por ello en estos tiempos tan frentistas donde hay que estar en una trinchera. Me trae al pairo, incluso, que me llamen podemita como alguna vez he escuchado. Iglesias no tiene que dimitir como nadie tiene que hacerlo en sus circunstancias.

Los periodistas no estamos para ser hooligans. No es nuestro papel. Otra cuestión es que tengamos una ideología, la tengo y me siento muy orgulloso porque no significa tener el carné de un partido o ser un vocero de sus planteamientos. Por ello siempre me ha repugnado esa inexistente superioridad de la izquierda que algunos columnistas la expresan con arrogancia y sectarismo. Los planteamientos son a veces tan simples que parecen sacados de alguna deleznable película de serie B. Ahora le corresponde trabajar a la Justicia y si el Supremo decide investigar al vicepresidente hay que partir de la base de que no es una condena sino, simplemente, una institución jurídica que actúa como garantía dentro del procedimiento. Es lógico que Sánchez le respalde e incluso que diga que no está preocupado como también lo es que la oposición pida su dimisión porque le responde con su propia medicina. Todo muy previsible. García Castellón es un gran juez que se ha movido siempre, como es lógico, por un criterio estrictamente procesal.

En la instrucción que ha realizado encuentra indicios que afectan a un aforado en tres presuntos delitos y simplemente pide al Supremo que lo investigue. El tiempo dirá si es inocente o culpable. Como digo siempre, le deseo lo mejor a pesar de mi rechazo a sus posiciones políticas que creo son un desastre para España. Es verdad que la izquierda política y mediática no ha aplicado este criterio con los dirigentes del PP y se cometieron enormes injusticias con personas que luego quedaron exoneradas, pero si entonces me pareció mal ahora no me puede parecer bien.