Al ministro de Sanidad, Salvador Illa, con independencia de los aspectos que puedan ser criticables en su gestión como ocurre por otra parte con la de cualquier responsable público, lo que no se le puede reprochar –y de ahí gran parte de su aprobado demoscópico ante la opinión pública– es el hecho de no haber ocultado la cara, ni ante...
¿Quieres leer más?
Has accedido a un contenido premium de La Razón. Suscríbete a Younews y tendrás acceso ilimitado a las mejores opiniones, análisis y otros contenidos exclusivos. Una suscripción que va más allá de las noticias, y para que lo pruebes te regalamos un mes gratis.
Has accedido a un contenido premium de La Razón. Te regalamos 10 contenidos gratis para que pruebes.
Tienes artículos disponibles
Inicia sesión si ya eres suscriptor
Los dos son unos sinverguenzas mentirosos, embusteros y posiblemente corruptos (veanse las compras de material medico y a quien se han comprado) y la gestión de Illa ha sido nefasta desde el minuto uno