Opinión
Biden y la felicidad de la izquierda
La derrota de Trump, aunque está decidido a dar la batalla legal porque considera que se ha producido un fraude masivo, parece un regalo de Navidad o Reyes por adelantado.
Me llama mucho la atención la cantidad de expertos que han surgido en España sobre Estados Unidos, aunque es verdad es que en su inmensa mayoría están unidos en su fervor contra Trump. A esto se añade la alegría que han tenido, incluidos los que serían ideológicamente más próximos al PP, ante la victoria de Biden y las bondades que le ven a Kamala Harris. Es más, los nuevos expertos wikipedianos vislumbran una copresidencia y que es la mujer que más alto ha llegado, olvidando las escasas competencias que tiene su cargo. Y ahora cabe preguntarse por qué están felices. La derrota de Trump, aunque está decidido a dar la batalla legal porque considera que se ha producido un fraude masivo, parece un regalo de Navidad o Reyes por adelantado. Todos respiran tranquilos y eso que es un presidente que no ha tenido un conflicto bélico e incluso ha conseguido que diversos países árabes hayan normalizado sus relaciones con Israel. Nada que ver con los mitificados Clinton y Obama. Por ello, una vez más cabe preguntarse por qué les daba miedo más allá de las bravuconadas, salidas de tono o excéntricos mensajes por las redes que le han convertido en un personaje ciertamente pintoresco.
Es verdad que Kamala Harris tiene una posición de izquierdas más que Biden, pero todo ello dentro del canon estadounidense que nada tiene que ver con la izquierda europea o mundial. Es una historia, simplemente, entre ricos y muy ricos así como de triunfadores que luego se hacen rico, porque el resto de la población queda fuera y especialmente cuando gobiernan los demócratas. Los McCain o Bush, los republicanos que han arremetido contra Trump, son tan establishment como Biden y Harris. Es algo que hay que tener muy claro. Trump y el trumpismo han roto los esquemas característicos de la elitista política estadounidense, porque no ha sido vicepresidente, gobernador, congresista, senador, fiscal... En cambio, su rival lleva desde los 30 años como senador y viviendo de la política, algo que allí está muy bien visto. La clase dirigente demócrata y republicana perdió el control con la irrupción de Trump, pero ahora lo recupera plenamente con la llegada del tándem demócrata. Ahora retorna a la normalidad con un turnismo pacífico, como sucedía en la España de la Restauración, donde las elites económicas, académicas y sociales han recuperado el control frente a un arribista y outsider, aunque hijo de millonario, como es el actual presidente.
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