Opinión

Me gusta Pedro Cavadas

Me gusta Pedro Cavadas. Me ha gustado siempre, por ser uno de los mejores cirujanos que tenemos en España y, principalmente, porque me congratulan esas personas que hablan sin miedo a expresar su opinión, formada por el conocimiento y la experiencia, sin importarle de quién o de qué hable. Me agrada desde hace años cuando empecé a conocer su labor y su historia, sobre cómo decidió dejar todo lo que él consideraba superficial en su vida para salvar y mejorar la vida de otros que no tienen nada excepto problemas de salud, poca esperanza y muchas negativas. Mientras otros dicen no, Cavadas siempre dice que hay que intentarlo: puede hacerlo, y lo hace.
Desde que comenzó la pandemia, no hay semana que no haya dicho algo interesante sobre la gestión sanitaria e informativa de la Covid 19. Le preguntaron sobre las declaraciones de nuestros gestores políticos y contestó algo que puede ser el mejor resumen del panorama actual: hablar es gratis. Cavadas suele hablar de lo suyo, de la sanidad, de la medicina, de la cirugía que sus manos convierten en milagros – desconozco si le disgusta que los denominemos así, pero eso son para el común de los mortales–. Pero últimamente lo suyo se ha convertido en lo nuestro, en lo de todos. Ya nos advirtió al principio de la pandemia que este virus era serio, muy contagioso, y que no nos estaban contando la verdad. También avisó que cuando en China aparentan transparencia desde el minuto uno, le preocupa. Cavadas no habla gratuitamente. Todo lo que ha dicho se ha ido cumpliendo. Considera que no se está gestionando bien esta crisis sanitaria porque no hay expertos reales. No le duelen prendas, pero le duelen los números que no mienten y hablan por sí solos, como él.