Opinión

La solución viene del campo

Seguí con interés el coloquio telemático entre el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, el socialista Luis Planas, y su antecesor de los tiempos de UCD, Jaime Lamo de Espinosa. Presentaban el libro de este último “La transición agraria, 1976-1982”, que es el sexenio más fecundo de la reciente historia de España. No sólo se hizo en ese tiempo la transición política propiamente tal, sino otras importantes transiciones. El imprescindible libro-memoria de Jaime Lamo, un político relevante, pone de manifiesto con información de primera mano la transición agroalimentaria.

Lo primero que me llamó la atención fue el tono de la conversación, amigable y constructiva, de estos dos políticos de distinta ideología y de comprobada competencia, con análisis objetivos coincidentes y propuestas destinadas al bien general, en contraste con el guirigay y los enfrentamientos destructivos exhibidos cada día en el Parlamento. Un respiro. Ese es, me parece, el verdadero espíritu constitucional. Uno sale convencido de que hay un hilo conductor en la política agraria y de que el sector agroalimentario está prestando un servicio impagable a la sociedad española, como se ha comprobado en la crisis sanitaria. Será uno de los pilares de la recuperación económica y aportará algún remedio a la España vaciada. La solución viene del campo mismo.

En aquella transición agraria de la que se ocupa el libro de Jaime Lamo de Espinosa, con minuciosidad y sabrosos sucesos desconocidos, se pasó, bajo su dirección, de la agricultura tradicional y autárquica a una más tecnificada y abierta: leyes de seguros agrarios, arrendamientos rústicos, agricultura de montaña, montes vecinales, regadíos…Fue una actividad silenciosa, pero trepidante. Nacieron los nuevos sindicatos agrarios, hubo tractoradas y se negoció a cara de perro en Europa donde veían con prevención la competencia del potencial agroalimentario de España: vino, aceite, frutas, verduras, pesca… Se implantó el empleo comunitario en Andalucía y, de la mano de Jaime Lamo, se introdujo el título octavo sobre acuerdos agrarios en los Pactos de la Moncloa.

Para el ministro Planas los desafíos actuales no son menores. Ve la aplicación del PAC (Política Agraria Común) como la gran baza del Plan Estratégico Nacional. El objetivo es: una agricultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, la innovación y digitalización del campo y el relevo generacional con la incorporación de jóvenes y mujeres al mundo rural. Se resalta por fin, de un lado y de otro, la posición central de los agricultores, ganaderos y pescadores en la sociedad española del siglo XXI. No es poco en los tiempos que corren.